La vida a veces puede ser injusta. Arden Huntley siente eso. Ella siempre fue leal. Sus amigos y su familia la definen así. Pero está cansada de serlo y de vivir preocupándose por personas que no la aprecian realmente. Incluso de su madre, que se marchó de su casa sin pensarlo dos veces. Y de su mejor amiga, que últimamente solo piensa en ella misma. Un día, Arden se topa con el blog Esta noche las calles son nuestras, y comienza a leer las reflexiones de Peter, un joven neoyorkino, con quien cree tener muchas cosas en común. Al menos, él sí parece entender cómo es la vida. Arden quiere conocerlo. Necesita conocerlo. Por eso, viaja a Nueva York, pero solo tiene una noche. Una noche en la que todo puede suceder y en la que tendrá que aprender que no todos son lo que aparentan. Incluso ella tal vez no sea esa persona tan segura de sí misma que siempre pensó que era.
Pero como dijo Squirtle, vamo a calmarno y hablar por partes del libro. Primero tenemos a Arden, nuestra protagonista y narradora que desde el principio del libro nos deja muy en claro que es excesivamente leal a sus seres queridos. Ella es una chica buena que nunca se mete en ningún lio y que daría lo que fuera con tal de defender a sus amigos. Es tan buena que cuando era niña la usaron de modelo para una muñeca y que las demás niñas siguieran el ejemplo de esta leal y amorosa chica. Y es que de verdad no exagero al decirles que Arden es todas las cosas
Entonces un buen día Arden encuentra “Esta noche las calles son nuestras”, un blog donde un chico un año mayor que ella escribe su día a día. Cuanto más va leyendo Arden, más se da cuenta de que ella y Peter tienen muchas cosas en común y lo que comenzó con un mero pasatiempo terminará en convertiste en una obsesión. Tan así que Arden deja todo y vieja a Nueva York donde emprenderá la búsqueda de Peter.
¿Por qué nadie me quiere tanto como yo los quiero?Básicamente esa la historia del libro que está dividida en dos partes. En la primera no dejaremos de leer en ningún momento que Arden es demasiado buena para todo aquel que la rodea y en la segunda seremos testigos de su aventura por Nueva York.
La primera parte… pues bueno, entiendo que es parte de la historia conocer a fondo a la protagonista pero de verdad se me hizo un poco insufrible porque a ver, Arden se está dando cuenta de que su mejor amiga no la valora y que la relación con su novio es tan fría como la Antártida, ¿pero que hace Arden para remediarlo? ¡PUES NADA! La chica se queda lamentando lo mucho que ama a la gente y lo poco que recibe a cambio e insisto, tal vez yo ya olvidé por completo lo que se siente ser adolescente o algo así, pero el sufrimiento de Arden me pareció tan pero tan banal que de verdad de puro milagro termine el libro porque la solución a su dilema es tan pero tan fácil.
Sobre la segunda parte no puedo quejarme mucho. Por fin Arden se armó de valor y salió de ese caparazón suyo para tener una aventura y la verdad es que encontré entretenido este viaje suyo pero la razón por la que lo llevo a cabo fue medio loca. Porque ella viaja a Nueva York a conocer a alguien que en realidad no conoce pero al que siente que si conoce por el simple hecho de haber leído lo que publica en internet.
Y aquí entra la parte que de verdad amé del libro. Somos muchos los que seguimos o somos fans de algún youtuber, actor, cantante o cualquier celebridad que quieran mencionar y muchas veces nos gusta seguirlos en las distintas redes sociales que poseen pero siempre hay que tener bien en claro que no podemos conocer al cien por ciento a una persona por el simple hecho de lo que publique en internet. De verdad que es imposible pero muchas veces la gente se confunde y cree que por conocer algunos detalles o el estar al pendientes de sus ídolos ya conocen todo de ellos y muchas veces hasta llegan hacer cosas de verdad drásticas por esas personas a las que supuestamente conocen (como ejemplo tenemos a las niñas de Bieber que se cortan el cabello cuando creen que el tipo tiene cáncer). De verdad que este fanatismo que se vive hoy en día por las redes sociales me parece una de las peores enfermedades que sufre el mundo. Es como si yo que ahora mismo estoy obsesionada con un grupo sur coreano me pusiera a decir que por el hecho de saber que Youngjae odia los pepinos, Mark ama a Pikachu y JB es zurdo, conozco todo de ellos. Obvio no porque siempre va a existir una barrera
entre ellos y yo y por más que me fastidie no voy a poder conocerlos del todo.
Hay personas que andan por ahí soltando la palabra "amor" pero solo la ponen en práctica cuando es conveniente para ellas.Así que de nuevo me topé con un libro que no es muy para mí pero si ustedes buscan una historia sencilla para pasar el rato (como cuando los domingos ves una de esas películas clichés de Hilary Duff), definitivamente este es su libro.