Revista Opinión

Esta plaza es del Pueblo. El grito del 15-M

Publicado el 23 mayo 2012 por Jocoma
El pasado sábado día 12 de mayo, fue un día muy especial para mí: Cumplí 65 años; edad a la que pensaba tendría difícil llegar. Ese mismo día por la tarde, había “fiesta” en Valencia, era el primer aniversario del Movimiento 15-M y lo íbamos a celebrar con una manifestación. Eran poco más de las 5 y en la estación del tren de mi pueblo ya éramos un buen puñado de personas que con alegría y mucha expectativa esperábamos al tren. Sentados en un banco vimos pasar a mi hermano, el número 2 (somos 5 hombres) y vimos como se “dignó” a enviarnos un tímido saludo desde la “enorme” distancia de 2 metros. Cuando ya había pasado, alguien comentó de soslayo: “Qué diferencia entre hermanos, uno va a los toros y otro, el altruista (el que no necesita nada), va a pedir un mundo mejor para sus hijos y nietos”. –Pues es cierto, cinco hijos con muchas cosas en común (genética, educación, entorno…) y sin embargo, cada uno de una manera. Había dos fiestas en Valencia, la de los toros y la del 15-M. Realmente ¡Cuánta diferencia entre una y otra!Esta plaza es del Pueblo. El grito del 15-MCuando llegamos a Valencia algunos ya desplegaban pancartas y banderas y comenzaban a cantar. Un amigo me comenta de pasada que puede haber problemas porque se ha enterado por una emisora de TV que el Ayuntamiento ha plantado una “mascletà” en la plaza, probablemente para impedir que alguien acampe en ella. Le digo que si eso es así, puede haber problemas, que eso es una provocación.
Salimos de la estación y al mirar hacia la plaza de San Agustín se me cae el mundo encima. Veía muy poca gente. En las últimas manifestaciones que he estado, ese tramo era casi imposible hacerlo sin ir tropezando continuamente. Llegamos a las 6 en punto y ya parecía que aquello se iba animando. A las 6’15 iniciamos la marcha, y ¡Oh satisfacción! Desde las calles adyacentes se iba incorporando más y más gente. Mi hermano el número 4 me localizó con el móvil e hicimos el resto juntos. El día precioso y festivo; en la mochila 3 litrosde agua en botellines para quien tuviera sed. El helicóptero de la policía no hacía más que dar vueltas sobre nosotros a baja altura, no volaba sobre los edificios, no, sino sobre las calles por las que íbamos, sobre nosotros. Su zumbido pretendía amedrentar, ¡Qué gente! Había policía situada discretamente entre calles, pero ni los veíamos; aquella era nuestra fiesta y nadie nos la iba a fastidiar.Esta plaza es del Pueblo. El grito del 15-M
Cuando ya estábamos acercándonos al final, le dije a un amigo: -Vamos a situarnos detrás de la cabecera, que si eso de la “mascletà” es verdad, no quiero perderme un detalle.
Esta plaza es del Pueblo. El grito del 15-M
Al llegar a la plaza del Ayuntamiento (para nosotros del 15-M), nos sentamos en el suelo y comenzamos a “meternos” con la alcaldesa. Cuando nos cansamos, nos levantamos y decidimos disolvernos mientras seguía llegando gente, pero yo no perdía de vista esa “mascletà” que ocupaba el centro de la plaza. Un “castillo” de fuegos artificiales que todos los años se hace a unos dos quilómetros de allí en la Alameda, junto al lecho del Turia, y que este año a algún político visionario se le había ocurrido esa “fabulosa idea” para disuadir a los ciudadanos indignados que se iban a manifestar. Había por allí “protegiendo” los petardos (léase la plaza), dos círculos concéntricos de vallitas de esas de circulación de un metro aproximado de altura por 2,50 de largo, cuando según mis informantes profesionales lo reglamentario es de unos dos o tres metros de alto y con tela metálica protectora. Era evidente que aquello había sido improvisado porque ni siquiera la Guardia Civil pudo aprobarlo al ser de su competencia. Los políticos hacen lo que les da la gana y no pasa nada.
Pues en este estado de cosas, aún no habíamos acabado de levantarnos para irnos, que justo de mi lado saltó un hombre de mediana edad y con una determinación increíble la emprendió a patadas derribando las vallas del primer círculo lanzándose contra el segundo. Era evidente que no se trataba de un indignado, sino de un indignadísimo, una persona harta, muy harta. Nuestra primera reacción fue echar unos pasos atrás, pero inmediatamente vimos como desde otros sitios, la gente que rodeaba los fuegos artificiales, comenzó a derribar las vallas y a lanzarse hacia donde estaban los cohetes. Sinceramente estábamos asustados porque allí podía pasar cualquier cosa. La policía local miraba sin poder hacer nada. La irresponsabilidad de los políticos de situar ese “explosivo” entre las personas y sin medidas de seguridad, podría llevar a una tragedia. Rápidamente la “avanzadilla”, comenzó a tirar de las cuerdas y a derribar todo el tinglado. El peligro de que saltara alguna chispa y que aquello reventara como una bomba matando muchas personas, era muy evidente. Alguien (no la policía que yo lo vi) retiró poco a poco tirando de las cuerdas todos los petardos, mientras otra persona mochila en ristre, situándose en medio de la plaza hacía señas para que nadie se acercara por allí fumando. Fue después cuando el castillo ya estaba recogido en un lateral, cuando la policía se hizo cargo de él.
Esta plaza es del Pueblo. El grito del 15-MTotal, una “mascletà” que vale un montón de pasta y un enorme riesgo para jóvenes y mayores, madres y niños… ciudadanos de todas clases que estaba disfrutando en un ambiente festivo, todo en peligro sólo porque a algún “genio” de los políticos que nos gobiernan, se le había ocurrido la genialidad de trasladar de sitio los fuegos, para “fastidiar”. Y no contentos con eso, van y presionan a la empresa pirotécnica para que denuncie a los organizadores de la manifestación por los destrozos. Pero si la empresa ya había “entregado” la mercancía en “manos” del Ayuntamiento… ¡qué mundo de locos! Menos mal que entre los jóvenes del 15-M hay Licenciados y estudiantes de Derecho que le han dado la vuelta a la tortilla y es el Movimiento quien ahora denuncia a los políticos. ¿Es que se han creído que todos los ciudadanos son borregos? Pues deberían saber que hay algunos difíciles de doblegar; aunque la inmensa mayoría están doblegados, las nuevas generaciones están hechas de otra pasta, apoyados por viejos y todo tipo de gente que ha conseguido mantenerse libre en su interior; gente que no se resigna.
Mi cuerpo vibró y me puse a llorar, cuando vi a las personas tomar la plaza (mientras iba llegando gente y más gente) y cantaban: “Es-ta plaza, es del pueblo”. `¡Qué diferencia entre esta gente y la de los que fueron a los toros y los políticos que gobiernan! ¡Qué vergüenza! Y no me digas que se ejerció violencia, que no es cierto, hubo un acto de fuerza, y no contra personas, de unos pocos (mucho menor que la que suelen utilizar los antidisturbios) y que lamentablemente es el único idioma que entiende la gentuza.
Caña a los ciudadanos que se quedaron en casa y se lo perdieron.Esta plaza es del Pueblo. El grito del 15-M
Otro testimonio personal
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Juan-Lorenzo[email protected]

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