Para entrenar una carrera de larga distancia, ya sea Ironman, Maratón, Trail, etc, hay que estar físicamente increíble pero la cabeza es incluso más importante.
Los entrenamientos son largos, duros y muchas veces solitarios.
Si estamos bien y tenemos estabilidad en nuestras vidas lo disfrutaremos y conseguiremos nuestros objetivos. Pero, ¿qué pasa si tenemos problemas?.
Lo normal es que nos afecte a los entrenamientos y, por tanto, a los resultados de las carreras.
Necesitamos una estabilidad. Con esto no quiero decir tener una pareja, hijos, un trabajo estable... Con estabilidad me refiero a aquello que nos hace vivir en paz, cada uno es un mundo.
Actualmente hay gente sin trabajo, otros que no están seguros si echarán a alguien en la empresa y si serán ellos los siguientes, están los eternos problemas de las parejas, la posibilidad de buscarse la vida en otro país...
Todo esto hace que estemos intranquilos y se reflejará en los largos entrenos para poder terminar una carrera de este tipo.
Estamos más cansados, desanimados, nos cuesta más encontrar una motivación y podemos llegar a dejar de entrenar o saltarnos asiduamente los entrenos.
También es más fácil en esta época llegar a lesionarse.
Como se ve son todos desventajas. Ante los problemas siempre hay una solución pero en este caso no es sencillo, no hay una fórmula mágica.
Podemos tener una carrera como objetivo, como manera de liberarnos un poco de esta situación, nuestra forma de relajarnos, de pensar en posibles salidas y soluciones... No hay nada fijo.
Imaginarnos donde queremos estar puede ser una buena alternativa ya que, según se dice, la imaginación es la vista previa de lo que está por venir.