Estación del olvido (Christian Molina, Sandra Serna, 2.009)

Publicado el 18 noviembre 2012 por Rugoleor @rugoleor


Ficha:
Título Original: Estació de l'oblit.
Directores: Christian Molina, Sandra Serna.
Guionistas: Manolo Guerrero, Salvador More, Christian Molina.
Intérpretes: Fermí Reixach, Nilo Mur, Belén Fabra, Mireia Ros, Katia Klein, Francesc Garrido, Teresa Manresa, Pere Ventura, Mercè Mariné, Alberto Díaz, J. Pedro García Balada, Rikar Gil, Jordi Sánchez.
Productores: Ferrán Monje, Mariví de Villanueva.
Fotografía: Javier Salmones.
Música: Ix!.
Montaje: Jordi López.
País: España.
Año: 2.009.
Duración: 90 minutos.
Edad: Apta para todos los públicos.
Género: Drama.
Distribuidora: Canónigo Fims, S. A.
Estreno: 04-06-2.010.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 25.404.
Recaudación: 135.831,16 €.
Calificación: 5,841.
Sinopsis:
"Estación del olvido" explica la relación entre un viejo marinero (Domingo), alejado del mar y un joven con problemas de adaptación (Pau). Ambos, por distintas razones, se conocerán en la residencia geriátrica donde Domingo está ingresado, y donde Pau cumple una sentencia de trabajos sociales. Ambos se encuentran en un momento clave de sus vidas: Pau, en el paso de la adolescencia a la madurez; Domingo, entendiendo el paso de la vejez a la muerte. A pesar de la diferencia de edad, se convertirán en grandes compañeros de viaje. Con la complicidad de Pau y de la nieta de Domingo (Clara), el viejo marinero escapará del geriátrico para mirar el mar por última vez. En esta historia, los personajes principales se encontrarán con hechos que cambiarán su existencia. Conmovedora y convincente, Estación del olvido invita al público a reflexionar sobre nuestros mayores, cuyo destino: es el olvido. Volverlos a recuperar -a veces- es demasiado tarde. Al final del viaje, Domingo se reunirá con su amada esposa, Pau encontrará al fin el lugar que le corresponde en la sociedad, y Clara se redescubrirá a sí misma. "Estación del olvido" es un viaje al faro del fin del mundo (Cabo de Creus) y una historia de amor, llena de ternura y emoción.
Comentario:
Christian Molina ("Diario de una ninfómana") y la debutante Sandra Serna dirigen a cuatro manos este drama intergeneracional protagonizado por Domingo (Fermí Reixach), un viejo marinero, y Pau (Nilo Mur), un joven con problemas de adaptación. Ambos se conocerán en una residencia geriátrica donde Domingo está ingresado y Pau cumple una sentencia de trabajos sociales. Los dos se encuentran en un momento clave de sus vidas: Pau, en el paso de la adolescencia a la madurez; Domingo, aprendiendo a aceptar la muerte.
Crítica:
04-06-2.010 – EDUARDO DE VICENTE
El aprendizaje emocional
Drama recurrente pero eficaz sobre la relación entre un viejo marinero ingresado en una residencia por su burguesa familia y un joven problemático que iniciará de su mano su aprendizaje emocional. El filme contiene mensaje: los adultos no entienden ni a los ancianos ni a los jóvenes. La cinta tiene momentos un poco irritantes (como el prólogo en flases en la discoteca) y planos algo forzados y pretenciosos (todas las comidas familiares, y hay unas cuantas, están mostradas desde el exterior de la vivienda). Quizá pretendían evitar que pareciera un telefilme. El cuidado reparto redime en gran parte sus defectos, desde un excelente Fermí Reixach hasta la prometedora Katia Klein o un mesurado Francesc Garrido.
04-06-2.010 – M. I.
El viejo y el mar
Cine catalán de personajes que salvan las diferencias generacionales para buscar la libertad, a la vez que deben vencer los miedos y fantasmas del pasado que les impiden ser ellos mismos de verdad.
Christian Molina, realizador de "Rojo sangre" y "Diario de una ninfómana" se une a la debutante Sandra Serna para contar una historia de amistad intergeneracional. La relación triangular, que no hace diferencias de edad, está encarnada por el anciano actor Fermí Reixach y los jóvenes Nilo Mur y Katia Klein. El señor mayor está encerrado en un geriátrico, donde añora sus tiempos de marino y la compañía de su fallecida esposa. Entre su nieta y un chico inadaptado, que cumple su condena haciendo servicios sociales en la residencia de ancianos, ayudan al abuelo a escapar de regreso a Cadaqués, al puerto de pescadores donde pasó sus mejores días.
La parte que describe el encierro está fotografiada con planos estáticos, mientras que la relativa a la huida utiliza el movimiento de la cámara en mano para escenificar su liberación, diferenciado de este modo los dos bloques del relato.
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