La policía nacional ha impedido que miles de personas puedan ejercer el derecho constitucional de manifestación. Por que hay que decirlo alto y claro manifestarse es un derecho constitucional, así como también lo es el derecho a reunión o al disfrute de una vivienda digna y adecuada.
Pero este acuerdo de mínimos derechos y garantías de los ciudadanos españoles no se está respetando y hemos pasado de garantizar derechos a privar a la gente de ellos desde acciones que rozan el terrorismo de estado.
El simple hecho de no comunicar una concentración o de manifestarse sin obtener un permiso previo de las instituciones gubernamentales no supone si quiera un delito, si no una falta administrativa.
Por tanto el uso sistemático de la fuerza violenta que están ejerciendo los cuerpos de seguridad del estado contra los manifestantes constituye una forma de opresión ilegal propias de un régimen totalitario y fascista.
Cerrar un espacio público y abierto a todo el mundo por acallar la voz del pueblo es un acto de guerra. Una acción que unida a las agresiones policiales roza el terrorismo de estado.
Recordemos que, a pesar de que las encuestas muestran un apoyo absoluto de el pueblo hacia el movimiento 15M, los medios de comunicación incluida la Televisión Española (la de todos) se emperran en mostrar las opiniones contrarias por encima de los apoyos al movimiento.
Se encargan también de tapar, manipular y enmascarar las acciones de este colectivo, que probablemente sea el que ha logrado las mayores manifestaciones de la historia española. Nos cuentan que fueron 2000 manifestantes y en las imágenes reducidas de las protestas nos enseñan a decenas de miles de manifestantes.
Nuestros políticos, los del PP y del PSOE, (por que no tenemos otros) se están empeñando en solucionar esta crisis provocada por políticos y banqueros con medidas que empobrecen todavía más a la mayoritaria clase obrera.
Se habla de que esta acción de terrorismo de estado ha sido tomada por la próxima visita del papa. Pero la realidad -por si a alguien se le ha olvidado- es que el 20 de noviembre hay elecciones generales en España, ¿Que más se puede decir?. Que los resultados de las anteriores elecciones autonómicas y locales mostraron como un gran porcentaje de electores manifestó su desacuerdo con el bipartidismo. Millones de españoles cambiaron su opción de voto y las elecciones se vieron influenciadas en gran medida por este movimiento popular. Lo demás es todo una gran mentira.
Al principio de la crisis se habló de hacer pagar a los bancos por los problemas creados, de cambiar el sistema financiero, de prohibir los paraísos fiscales, de limitar la especulación con alimentos que está matando de hambre a medio mundo.
¿Dónde se fueron todas estas buenas intenciones?
La solución a la crisis que está aplicando el gobierno y sus aliados del frente popular y Convergència i Unió pasan por poner a las fuerzas de seguridad al servicio de la banca. Reducir el gasto social y subir los impuestos a las rentas más bajas. Esto no va a crear riquezas, sólo va a crear miseria entre la mayoría de la población trabajadora y más ingresos para las compañías que realmente gobiernan en el parlamento. Esas que controlan los medios de comunicación, al poder ejecutivo y judicial.
Somos algo más que simples ciudadanos con derecho a voto. Cada uno de nosotros tiene un valor especial. Como grupo tenemos derecho a decidir. A ser informados con veracidad. A una vida digna que esté acuerdo con nuestros avances científicos y humanos.