Estado pre-revolucionario

Publicado el 21 febrero 2012 por Jpocalles

Los acontecimientos recientes en la Primavera Valenciana , me hacen pensar que España va a acelerar el estado prerevolucionario en que se encuentra. Almudena Negro  cita a Ortega :  “la auténtica revolución está hecha previamente en las cabezas” , y expresa muy bien la situación en que nos encontramos :

El conocido pensador alemán Peter Sloterdijk ha dicho no hace mucho que Europa está en una situación prerrevolucionaria y la gigantesca crisis actual que estamos viviendo, que no es sólo económica sino también o principalmente política y moral, parece darle la razón.

En una situación prerrevolucionaria comienzan a asentarse en las mentes ideas críticas u opuestas a las establecidas. Éstas empiezan a verse como falsas y las instituciones como anticuadas, decadentes, caducas, inútiles, o dañinas. Las ideas nuevas se abren camino por todo un rosario de distintos motivos: por cansancio de lo caduco, por la atracción de las novedades, por la creencia en la institucionalización de la corrupción, por la inutilidad de las instituciones, por miedo a la incertidumbre, por ansia de seguridad, por interés, etc. Tales ideas llegan a alojarse incluso en las mentes de los beneficiarios del sistema establecido que, azorados por carecer de respuestas adecuadas, se atrincheran, o, desconcertados, comienzan a cometer torpezas. El 15-M, que aglutinó en sus orígenes a miles de descontentos que pensaron, equivocadamente puesto que el 15-M jamás fue nada espontáneo y no es otra cosa más que una excrecencia del propio sistema, encontrar en dicha manifestación de indignación el cauce para expresar aquello que intuyen, constituye un buen ejemplo de cómo está la situación.

Y es que, en principio, las ideas revolucionarias que apuntan a trastrocar el sistema de poder establecido, surgen de modo inconsciente, instalándose de la misma forma en las mentes. La opinión general está en ellas, pero lo existente y su mitificación no dejan ver su correspondencia con el conjunto de los hechos, que son la verdad de la situación, pues la verdad y la realidad son lo mismo. Como decía Ortega, la auténtica revolución está hecha previamente en las cabezas. En ese punto se encuentra Europa, en la que España no es ni mucho menos una excepción.

La tarea de hacer “caer en la cuenta” a la mayoría, desmitificando las ideas y las instituciones vigentes, suele ser la función social de los intelectuales. Pero el problema actual, exacerbado en nuestro país, en donde la seducción y la compra de voluntades es la tónica habitual, consiste en que el sistema economicista establecido, la socialdemocracia, tiene bajo su control a una mayoría de intelectuales, oficiando muchas veces como tales gentes del mundo de la propaganda y de la subcultura, mientras los discrepantes sin uniforme, sometidos o silenciados, están reducidos a la impotencia.

No parece que esto vaya cambiar, más la verdad de la realidad está ahí.