Estados fallidos. La debilidad de un concepto
Publicado el 17 abril 2012 por Lparmino
@lparmino
Somalia es el paradigma de Estado fallido
Fotografía: Carl Montgomery - Fuente
En elcomplejo panorama de la política internacional se suceden conceptos, teorías,ideas, estudios… Todos ellos sujetos a revisiones, elogios, críticas yadhesiones o rechazos por parte de los investigadores en la materia. Uno de losconceptos más actuales y más en boga es el de “Estado fallido”. Surgido apartir del año 2005 en el seno de las instituciones estadounidenses, su validezha sido puesta en duda por varios motivos. Sin embargo, sus resultados sonesperados y comentados hasta la saciedad.Estadosfallidos
Afganistán es uno de los países
más violentos de la escena internacional
Fotografía: bluuurgh - Fuente
¿Cómo sedefine un Estado como fallido? Según el centro de estudios Fund for Peace (Fondo por la paz) la simple aplicación de unosíndices permite establecer una clasificación que ordena a los países delpanorama internacional es una escala de valores que varía entre “Estadosestables” y “Estados fallidos”. Estos índices, un total de doce, se subdividena su vez en subíndices. En general, hacen referencia a aspectos económicos,sociales y políticos, baremados del uno al diez siendo el uno la nota másóptima frente al negativo diez.Estas listasson publicadas por la prestigiosa ForeignPolicy. Por ejemplo, la lista correspondiente al año 2011 vuelve a situarcomo paradigma de “Estado fallido” a Somalia en el número uno por cuarto añoconsecutivo y como el más estable a Finlandia, en el puesto 177. España seencuentra en el puesto 151.Uno de losprincipales factores que se consideran en los llamados “Estados fallidos” es lafalta del monopolio del uso de la violencia en el propio territorio delGobierno en cuestión. La falta de unas estructuras mínimas de asistencia a lapoblación o la incapacidad de imponer su autoridad en determinados territorios.Altos niveles de corrupción, de criminalidad, falta de respeto de los derechoshumanos y un largo etcétera de factores que caracterizan a estos gobiernos. Esdecir, infinidad de causas – efectos, barajados sin orden ni rigor, que tratande delimitarse mediante índices.
Operación Restaurar la Democracia, Haití 1994
Fotografía: Nobunaga24 - Fuente
Todos losanalistas insisten en la debilidad de este término, el de “Estado fallido” (sellegó a acuñar el irónico “concepto fallido”). El uso de los índices responde auna metodología mal empleada que no puede aplicarse por igual a todos lospaíses analizados. No puede suponerse el mismo tipo de índices a un paísoccidental del mundo desarrollado que a los países del cuerno de África. Dehecho, no existe en el derecho internacional un reconocimiento como tal de esteconcepto, ni siquiera tiene una validez universal. Por otra parte, estosíndices suelen obviar la incidencia de la política internacional en los respectivoscontextos internos de los diferentes países analizados.Pero lacrítica más contundente acusa a este tipo de estudios y listados de servir alos intereses de las políticas internacionales diseñadas desde los grandescentros de poder del mundo globalizado, especialmente desde Washington D.C. Sonmuchos los expertos que consideran que el término “Estado fallido”, inoperativode por sí, sólo puede servir para señalar a determinados países que no cumplencon los criterios de la democracia concebida por los Estados Unidos y el restode potencias que secundan las agresivas políticas internacionalesestadounidenses.Luis PérezArmiño