Esa relación fue dada a conocer el 8 de noviembre de 2017 como parte de las medidas de la administración de Donald Trump para limitar más el comercio con la isla caribeña y los viajes de los norteamericanos, e impide a los ciudadanos de este país hacer transacciones financieras directas con las entidades mencionadas en ella.
Las nuevas adiciones, que serán efectivas a partir de este jueves, están integradas fundamentalmente por hoteles localizados en importantes destinos turísticos cubanos como La Habana, Varadero y cayos de la central provincia de Villa Clara, así como tiendas y centros comerciales, entre otros.
De acuerdo con una comunicación del Departamento de Estado que será publicada mañana oficialmente en el Registro Federal, la relación también comprende cinco enmiendas a subentidades que ya se encontraban en la versión de hace un año, tres de estas debido a cambios de nombre.
A partir de esta ampliación, la lista contiene ahora unas 205 entidades y subentidades cubanas restringidas para los norteamericanos, y esa agencia federal señaló que continuará actualizándola de forma periódica.
Cuba ha calificado de arbitrario ese listado, integrado por una diversidad de entidades supuestamente vinculadas al sector de la defensa y la seguridad nacional.
En él se incluyen desde los ministerios de las Fuerzas Armadas y del Interior, y la Policía Nacional Revolucionaria, hasta empresas, sociedades anónimas, la Zona Especial de Desarrollo Mariel, y las terminales de contenedores de Mariel y La Habana.
La noticia de que se añadirían nuevos nombres la dio a conocer el 1 de noviembre el asesor de seguridad nacional, John Bolton, quien en un agresivo discurso pronunciado en el sureño estado de Florida abordó el objetivo de seguir adoptando medidas contra la isla, además de contra Venezuela y Nicaragua.
Según manifestó entonces, el Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el fortalecimiento de la política de Estados Unidos hacia Cuba, firmado por el jefe de la Casa Blanca en junio de 2017, es apenas el inicio de los esfuerzos por presionar al territorio antillano.
A través de ese documento Trump expresó la decisión de revertir gran parte de los pasos de acercamiento bilateral que se dieron durante la administración de su predecesor, Barack Obama (2009-2017).
El presidente norteamericano adoptó esa postura a pesar de la existencia de numerosos sectores en este país que desean mejores relaciones con el territorio vecino, y aun cuando la mayoría de los norteamericanos y cubanoamericanos quieren el fin del bloqueo impuesto hace más de 55 años contra la nación caribeña./PL