Estados Unidos: Política empantanada bajo el zumbido del colibrí

Publicado el 04 abril 2014 por Gsnotaftershave @GSnotaftershave

Primera parte, relaciones Estados Unidos y Cuba. 

Facebook de ZunZuneo

El agua estancada huele y huele mal, a podrido. Así sucede con la política de Estados Unidos con Cuba, la misma en 52 años, sin apenas, destellos de cambio.

Mientras Europa prepara el deshielo con Cuba, Estados Unidos sigue con mano de hierro. En enero, la Unión Europea anunció que abría la puerta hacia una negociación de un acuerdo de diálogo político y cooperación con la Habana. Bruselas ya ha dicho, por eso, que velará para que se preserven los derechos humanos en la Isla.

Un pequeño gesto, que también puede servir para vislumbrar cambios, porque si algo está claro, es que la política de aislamiento no ha debilitado al régimen cubano, más bien lo ha reforzado y este año celebrará el 55 aniversario del triunfo de la revolución.

Pero además, Washington sigue con sus técnicas de intentar romper a Cuba desde dentro, de desestabilizar el país, pero en más de cinco décadas no la conseguido utilizando todo tipo de estrategias.

La última: ayer salió a la luz. La misma agencia de noticias estadounidenses, AP, reveló que el gobierno de su país había creado una red social para móviles para potenciar el malestar entre los disidentes. Recordando el sonido del aleteo de los colibrís se decidió bautizar a la red ZunZuneo, también conocida popularmente como el “Twitter cubano”, que funcionaba, básicamente, a través de mensajes sms.

Hasta el 2008, los habitantes de la Isla no podían adquirir móviles. En 2009, llegó esta red al país, que se popularizó rápidamente entre la población, por la falta de acceso a Internet, ya que hasta el año pasado no se podía navegar libremente en el país. A través de temas banales como el tiempo o el deporte, ZunZuneo consiguió captar a 40.000 suscriptores y tenía como finalidad poner en contacto a los disidentes cubanos para generar malestar en la Isla.

Así lo ha reconocido la misma Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID en inglés).  El proyecto existió del 2009 al 2012, pero se dejó de promover por falta de dinero.

Aislamiento de Estados Unidos

El modo de actuar de Washington ha sido como un efecto Boomerang y si bien Cuba esperó pacientemente su turno en la sombra, aislada de los encuentros regionales, parece que el que ahora está cada vez más solo en América es Barack Obama.

Los países latinoamericanos han construido su propio organismo en la región a instancias de la Organización de Estados Latinoamericanos (OEA), liderada por Washington y en la que Cuba fue expulsada en el 1962 y readmitida en 2009, pero nunca ha querido volver. La Habana acogió a finales de enero la Cumbre de Jefes de Estado  Comunidad de Estados Latinamericanos y del Caribe (Celac), en un encuentro en el que también asistió el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon.

Así pues, el éxito de la cumbre de la Celac y la apertura de Bruselas hacia la Habana acentúan más la soledad en la que se encuentra Washington en su bloqueo a Cuba.

Pero por si fuera poco, la disconformidad le viene también dentro de casa. En febrero, tras la Cumbre de la Celac, una encuesta  ponía de relieve que el 52% de los estadounidenses quieren que su gobierno normalice las relaciones con la Habana. En el estado de Florida, donde vive la mayoría de la disidencia cubana, esta cifra se elevaba al 63%.

“Es hora de cambiar de rumbo, es hora de modernizar nuestra política hacia Cuba, que en vez de aislar a Cuba nos ha aislado a nosotros frente América Latina”, opinaba recientemente el senador demócrata Patrick Leahy.

A Washington, la política de aislamiento de Cuba, le sirvió cuando el mundo estaba dividido en dos bloques, pero ahora, en un mundo multipolar, seguir con la misma filosofía de hace 52 años le está siendo contraproducente. Tal vez, hay que dar un golpe de timón, para salir del agua empantanada e intentar alcanzar el rumbo hacia un buen puerto.

Continuará… El próximo martes con un análisis desde la perspectiva de las políticas cubanas

Núria Segura Insa

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