Entrada de la prestigiosa universidad de Harvard, una de las que está siendo investigadas / Foto: 20 Minutos
¿Quién no recuerda con emoción el inicio de la Universidad? Esos dieciocho años con los que te sentías tan mayor y con ganas de comerte el mundo. ¿Pero qué pasaría si esos sueños de un día para el otro se tiñeran de negro? Esto le sucede a una de cada cinco alumnas de los campos universitarios de Estados Unidos que acaban siendo víctimas de acoso sexual, especialmente, en el primer o segundo año de carrera. Estas mujeres se llaman las supervivientes.
En la mayoría de las ocasiones la situación es muy similar: una fiesta con altas dosis de alcohol o droga que termina con la violación de una chica, el 80% de las veces, por parte de alguien conocido. En el 98% de los casos los agresores son hombres. Las consecuencias son catastróficas con cuadros depresivos y, a menudo, problemas del alcohol y drogas, tal y como se destaca en un informe presentado en enero por la Casa Blanca.
Pero el problema va más allá, por que los agresores aseguran que repiten. El 63% de los hombres que han reconocido cometer una agresión sexual confiesan que lo han hecho una media de seis veces.
En Estados Unidos hay un total de 4.600 centros de educación superior, en los que estudian 20 millones de personas, el 58% de los cuales son mujeres. Actualmente, 74 universidades están siendo investigadas porque en sus Campus se han cometido agresiones sexuales, entre ellas algunas tan prestigiosas como Harvard, Columbia o Berkeley, dentro del ranking mundial de las mejores unviersidades del mundo.
Una de estas chicas es Emma Sulkowicz, una estudiante de arte de Columbia que fue violada en su dormitorio. “Tu habitación es tu espacio íntimo, tu espacio privado”, relata Sulkowicz en un vídeo en la web de la universidad de Columbia. Desde entonces y como modo de protesta, Sulkowicz va a todos lados con su colchón.
La senadora demócrata de Misuri Claire McCaskill dibuja un panorama demoledor sobre la omisión de las universidades a la hora de atender a estas mujeres. El primer dato sorprendente es que menos del 5% de las víctimas de una agresión sexual en las universidades lo denuncia. Primero de todo, por la sensación de que no hay garantías de hacer una denuncia anónima. Actualmente, el 51% de las instituciones universitarias proporciona una línea directa de teléfono directa, sólo el 44% da la posibilidad de hacer la denuncia vía una web y el 8% aún no permiten la opción de presentar informes confidenciales.
Además McCaskill pone de relieve que el 30% de las escuelas de estudio superior tampoco proporcionan ninguna capacitación a los alumnos de cómo actuar o prevenir una agresión sexual. Pero lo más grave es que las personas que les han de ayudar tampoco tienen ningún tipo de formación o no saben cómo actuar. Según este informe el 30% del personal policial que trabaja en las Universidades no recibe ningún tipo de entrenamiento sobre cómo debe actuar ante una agresión sexual, mientras que el 70% de las universidades no tienen ningún protocolo de cómo deben de actuar ante estas situaciones.
“Para una superviviente que estudia en la misma librería que su agresor o come en la misma sala que su violador, la urgencia es real”, dice Dana Bolger, quien asegura que fue violada en 2011 durante su segundo año en la universidad de Amherst de Massacgussetts. Bolger, junto Alexandra Brodsky, ha creado la web de apoyo a estudiantes víctimas de violencia sexual Know Your IX.
“Todo lo que había creído de mi misma se fue en 30 minutos”, revela en una estremecedora carta Angie Epifano, quien fue violada en 2011 también en Amherst y denunció su agresión en una misiva en la web de esta institución.
Y si algo necesitan estas mujeres, precisamente, es que se actúe con urgencia para que puedan reincorporarse a sus vidas y a sus estudios lo antes posible.