La maquinaria bélica norteamericana, la opinión pública, los líderes ejecutivos y legislativos, coinciden ahora en un punto: el Estado Islámico representa una amenaza para los intereses vitales de EE.UU., hay que combatirlo y perseguirlo, en Irak, en Siria o “hasta las puertas del infierno”. Esta frase del vicepresidente Joe Biden, el 3 de septiembre, ¹ hace recordar aquellos “60 o más oscuros rincones”² que el antecesor de Obama pretendía golpear en nombre de la libertad y la democracia.
Sin embargo, las cosas no siempre fueron así. Hace apenas un año, el Congreso y la opinión pública norteamericana dijeron “no” a Obama cuando amenazó con atacar a Siria por el presunto empleo de armas químicas contra la población a pesar de las “pruebas” mostradas. Las encuestas no avalaban el empleo de la fuerza militar en Siria, ³ entre otros factores de peso que obligaron a posponer la agresión.
Entonces, ¿qué cambió en EE.UU.? ¿Por qué en septiembre de 2013 la mayoría de los estadounidenses se oponía a una acción militar en territorio sirio y un año después, el 65 por ciento apoya una operación de ese tipo?⁴
Una de las razones, puede ser que ahora se habla de atacar a una organización terrorista que encuentra refugio en zonas no controladas por el gobierno sirio y que ha atacado directamente a EE.UU., al quitar la vida a dos de sus nacionales. Así han presentado los portavoces de la administración Obama la muerte de los periodistas James Foley y Steven Sotloff ante el pueblo estadounidense.⁵
No obstante, creo que la principal causa para que se haya operado este cambio de 180 grados guarda relación con la intensa guerra mediática, sicológica o de información, como se le quiera llamar, a que está sometido el público estadounidense las 24 horas del día, todo el año. Las ejecuciones mencionadas, así como la supuesta entrada a EE.UU. de terroristas del Estado Islámico, ⁶ intencionadas o no, han facilitado el trabajo a la maquinaria publicitaria norteamericana.
En los últimos tres meses, la prensa plana, televisiva y electrónica ha reforzado la retórica del terrorismo. Fox News, ABC, CBS, CNN, los principales diarios y blogs norteamericanos, se han encargado de “sensibilizar” a su pueblo y predisponerlo para que apruebe la vía militar.
También hemos visto cómo, de manera progresiva, portavoces de Estado y de Defensa; asesores presidenciales; los secretarios de ambos departamentos; el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, General Martin Dempsey; el vicepresidente Joe Biden y el propio Barack Obama, en más de una ocasión, han denunciado públicamente el peligro del Estado Islámico y justificado el combate contra esta organización, no solo en Irak, sino en Siria.
El colofón de esta farsa lo constituyó el 10 de septiembre, cuando el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de EE.UU., Obama, ofreció un discurso, transmitido por las principales cadenas de radio y televisión de su país, para presentar su estrategia contra el Estado Islámico. Recordemos que el 28 de agosto, Obama no contaba aún con dicha estrategia, lo que generó mayor incertidumbre y preocupación entre los estadounidenses, quizás como él mismo deseaba.
Pero solo alguien muy ingenuo o muy desinformado, cree el cuento de que en menos de 15 días se puede dar cuerpo a un plan de guerra para enfrentar a un enemigo habilidoso y escurridizo, al que no han podido derrotar, a pesar de cientos de miles de efectivos y millones de dólares dilapidados en Afganistán e Irak.
La cacareada estrategia de Obama no dice nada nuevo: seguirán los ataques aéreos en Irak, y en Siria si es necesario; más apoyo a la oposición siria –no importa si son terroristas, con tal de que luchen para derrocar a Bashar al Assad; una coalición internacional para repartir la carga de tan difícil y larga empresa; ayuda humanitaria para los desplazados por el Estado Islámico. Y sobre todo, nada de tropas norteamericanas en el terreno.
No es casualidad que el Presidente escogiera el 10 de septiembre, justo un día antes de conmemorarse el aniversario decimotercero de los ¿atentados terroristas? contra las Torres Gemelas, una fecha luctuosa en EE.UU., por las vidas que se perdieron, pero que permitió a W. Bush y a los neoconservadores desatar la guerra global contra el terrorismo, para invadir territorios soberanos y derrocar gobiernos legítimos.
La fecha de inicio de los golpes en Siria me es desconocida, mas presumo que no pasará mucho tiempo.
Entonces, quizás asistamos a la farsa final: los golpes aéreos contra los terroristas se dirigirán también contra las tropas del gobierno sirio, para garantizar el componente aéreo que precisa la oposición en sus intentos de derrotar a Bashar al Assad, similar al guion empleado contra Libia en 2011, en esa ocasión al amparo de la ONU.
Pretextos y justificaciones no faltarán, si esa es la idea; se hablará de “proteger a la población civil de las crueldades del tirano sirio”; de “errores en los blancos escogidos”; de “daños colaterales” o más fácil aun, se acusará a las tropas sirias de “atacar a los defensores de la libertad que pretenden extirpar el flagelo del terrorismo”.
Este y no otro, es el verdadero objetivo de la guerra mediática que EE.UU. ejecuta no solo contra su pueblo, sino contra la comunidad internacional, bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, y en particular, contra el Estado Islámico.
Notas
1 Time.com/3264582/joe-biden-isis-iraq-syria/
2 Georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2002/06/20020601-3.html
3 www.people-press.org/2013/09/09/opposition-to-syrian-airstrikes-surges/
4 www.washingtonpost.com/page/2010-2019/WashigntonPost/2014/09/09/National-Politics/Polling/release_361.xml
5 www.nationaljournal.com/white-house/white-house-calls-james-foley-s-murder-a-terrorist-attack-20140822
6 www.businessinsider.com/rick-perry-isis-forces-crossing-us-mexican-border-2014-8
Fuente: Cuba Defensa