Estambul, ciudad y recuerdos (Orhan Pamuk)

Publicado el 06 mayo 2011 por Masquecine

Al contrario que en las ciudades occidentales que han formado parte de grandes imperios hundidos, en Estambul los monumentos históricos no son cosas que se protejan como si estuvieran en un museo, que se expongan, ni de las que se presuma con orgullo. Simplemente, se vive entre ellos.” (Orhan Pamuk, “Estambul, ciudad y Recuerdos”)

Orhan Pamuk ha escrito, sino la mejor, una de las mejores guías de esta ciudad. El Estambul que recuerda Pamuk de su infancia, y que mucho tiene que ver con el actual, respira amargura, la del imperio perdido, la de la melancolía de algo pasado o de un deseo futuro. Es como la saudade portuguesa. Estambul, capital de sucesivos imperios. Una situación estratégica, con innumerables colinas que permitían la vigilancia y que ahora permiten que casi desde cualquier punto de la ciudad se tengan unas impresionantes vistas de la misma.

Primero llamada Bizancio, luego Constantinopla y cuando cae bajo el dominio turco, Estambul. Una ciudad repleta de restos de diferentes culturas. Una ciudad en la que hace 50 años se podían contemplar espacios verdes entre ella y los pueblos que la rodeaban, mientras que ahora todo ha sido absorbido por la gran metrópoli que cuenta con 15 millones de habitantes y una extensión de 5.343 kilómetros cuadrados.

En “Estambul, ciudad y recuerdos” Pamuk describe el alma de la ciudad. Una ciudad que dice ver en blanco y negro y que es el escenario de su infancia y juventud. Su padre, su madre, su abuela, su hermano, toda su familia y el edificio Pamuk. La nieve en Estambul, un capítulo aparte. Todos los años nieva en esta ciudad y todos los años éste se convierte en el acontecimiento alrededor del que giran las conversaciones, las noticias de los periódicos y que siempre produce cierto caos. El Bósforo: ese mar en movimiento que ofrece un paisaje inconfundible además haberse erigido como la vía de escape y relax del dinamismo que desprende la gran urbe. Occidente y Oriente. Laicismo y religión. Riqueza y pobreza. Estambul es una ciudad de contrastes con aire decadente, que sin embargo resulta muy acogedora para el visitante.

TEXTO Y FOTO: VANESSA PASCUAL