Post invitado: escrito por Eliana Romano Passeri
Después de realizar un extenso viaje por Europa a fines del 2012, nunca imaginé volver en tan poco tiempo al viejo continente, para descubrir una de las ciudades más lindas que visité en mi vida: Estambul.
El destino quiso que conozca Turquía. Es que a los poquitos días de volver de viaje, y con deudas por pagar, encontré un aéreo por AR$ 4000, sin dudarlo emití el ticket, y a partir de ese momento empezó la aventura.
De paseo por Estambul
Ningún amigo, familiar ni colega conocía el país. Los blogs empezaron a ser mi guía y la intriga y la ansiedad me volvían loca. Decidí interiorizarme lo justo y necesario, y dejarme sorprender.
Volé por Turkish Airlines y el servicio fue excelente. La atención de las azafatas, las comidas, el entretenimiento a bordo, TODO. Definitivamente recomiendo esta compañía aérea. Después de 16 hs. de viaje llegaba a destino. La felicidad me invadía!!
Arribé al aeropuerto de Ataturk a las 21:30 hs., decidí irme directamente al hotel y descansar para poder madrugar al otro día y empezar a recorrer. El hotel estaba ubicado en la zona de Sultahanet, un barrio hermoso y antiguo, localizado en la parte Europea de Turquía, en donde los locales y bares están abiertos las 24 hs. del día. A pocas cuadras me encontraba con los grandes atractivos de la ciudad.
El interior de Santa Sofía, un lujo
Comencé por Santa Sofía, una joya arquitectónica. Fundada en el siglo IV como iglesia, y posteriormente convertida en mezquita, es un símbolo de Estambul. La historia del edificio es un fiel reflejo de lo que iba sucediendo en esas tierras. Sin dudas es el mejor lugar para comenzar el circuito.
Frente a Santa Sofía se encuentra la Mezquita Azul, un sitio imponente, en donde los seis minaretes se destacan, y por los cuales se transmite el llamado a la oración 5 veces por día. Antes de ingresar hay que sacarse los zapatos, guardarlos en una bolsa, y cubrirse los brazos. Las mujeres también deben ponerse un pañuelo en la cabeza. La Mezquita por dentro está toda alfombrada, posee techos muy altos y se divide en dos sectores de oración: uno correspondiente a los hombres, y el otro a las mujeres.
¡Que imponente la Mezquita Azul!
Las reglas para ingresar a la Mezquita
Al salir de la Mezquita, no sabía hacia donde ir. Decidí ir a comer algo para continuar el recorrido. Un cartel que estaba allí indicaba la ubicación de La Cisterna Basílica, donde había mucha cola para ingresar. Decidí hacerla ya que no sabía qué iba a encontrar.
Al ingresar descubrí un lugar húmedo y oscuro, con las famosas columnas de medusa, típicas del los romanos. Definitivamente no me arrepiento de haber conocido este lugar, ya que es único y distinto.
En el interior de la Cisterna
Antes de viajar había leído algunos blogs y la gente recomendaba visitar el Gran Bazar y el Bazar de las Especias, dos sitios en donde el regateo es moneda corriente. Es más, si uno no regatea, el vendedor lo mira mal. Se puede conseguir de todo! Desde banderas de Turquía hasta oro, pasando por todo lo que a uno se le pueda ocurrir. Uno puede estar horas recorriendo estos lugares, ya que son inmensos!
Variedad de colores en el Bazar de las Especias
Navegar por el Bósforo es esencial y hermoso! Hay diferentes circuitos para hacer, entre ellos, encontré uno que es de 6 horas, en donde uno elige en que puerto decender. Ver toda la ciudad desde el agua es mágico y es allí en donde uno puede ver la inmensidad de Estambul. Decidí bajar en Rumeli Kavagi, un pueblo pesquero, pequeño y con una playa muy pintoresca.
Navegar por el Bósforo es una obligación si uno viaja a Estambul
Creo que no se puede describir con palabras lo maravillosa que es esta ciudad. Histórica, emblemática, ecléctica, bella y sorprendente! Era hora de dejar Estambul atrás, y empezar un nuevo recorrido, Cappadocia era el próximo destino.