Estos días, durante las salidas al río o al monte por trabajo me he encontrado más setas que nunca. Las lluvias de las últimas semanas y las temperaturas suaves han hecho que hayan empezado a aparecer por todos los sitios. Tengo que admitir que las setas no son mi fuerte, y salvo las tres o cuatro especies más comunes, del resto apenas me entero. Tengo un par de libros de setas en casa, pero muchas de ellas me resultan muy parecidas y cuando las veo en el campo o les hago fotos me suelo olvidar de fijarme en los detalles más diagnósticos. De todas formas me parecen muy bonitas, sean de la especie que sean.
Hace un par de días, mientras recorría con Jorge Chachero el Río Espinareo, en Piloña, nos encontramos con un montón de setas en un pequeño bosquete mixto de robles, humeros y avellanos, algunas en el suelo y otras pegadas a los tocones de los árboles. Fue Jorge el que encontró la seta guerrillera y pestilente de la última entrada.
La primera fotografía corresponde a una seta del género Amillaria, probablemente se trate de Amillaria mellea, que es una especie que suele aparecer sobre árboles moribundos. Su identificación tiene cierta complejidad, ya que el color depende en gran medida de la especie sobre la que se asiente, ya que absorve parte de sus pigmentos. Se la suele considerar un problema en silvicultura y jardinería ya que su rápido crecimiento acelera la descoposición de la madera pudiendo provocar la muerte de los árboles.
En esta otra foto se puede apreciar cómo dos setas de la misma especie pueden parecer distintas según la edad que tengan. Estas setas son de la misma especie que la primera, o sea, Armillaria mellea, sólo que el sombrero no está completamente abierto y parece distinta. Gracias a Gonzalo Gil pude identificarla.
Estas otras setas ocupaba el mismo hábitat y también aparecían formando grupos. Se trata de un grupo de Hyphoma fascilulare que es frecuente sobre la madera muerta.
Esta última seta, al contrario que las anteriores, se encontraba directamente sobre el suelo y tenía un color rojizo un poco sospechoso. Además en vez de aparecer en grupo se encontraba solitaria entre la hojarasca, asomando tan sólo un poco sobre las hojas secas. Escribí a varias asociaciones micológicas y me contestaron desde la asociación micológica de Mieres, La Pardina, y dieron con ella, se trata de Stropharia aurantiaca, una especie rara.
Gracias a Gonzalo y a la Asociación La Pardina por la identificación.