Tomado de: Palabras de Silo con
motivo de la primera celebración anual del Mensaje de Silo. Punta de Vacas. 4 de
Mayo de 2004.
"...En este desgraciado mundo en que la
fuerza y la injusticia se enseñorea por campos y ciudades, ¿cómo es que se
piensa acabar con la violencia?
Tal vez piensen que son un ejemplo
inspirador de las nuevas generaciones cuando disfrazados de video juego
despotrican contra el mundo; cuando amenazan en la peor muestra de matonaje;
cuando, finalmente, envían a sus muchachos a invadir, a matar y a morir en
tierras lejanas. Este no es un buen camino ni un buen ejemplo.
Tal vez piensen que volver a las
primitivas prácticas de la pena de muerte, será un gran ejemplo social.
Tal vez piensen que penalizando
progresivamente el delito cometido por niños, desaparecerá el delito... ¡ o
desaparecerán los niños !
Tal vez crean que trasladando la
práctica de la “mano dura” a las calles, las calles serán seguras.
Por cierto que estos problemas existen
y se multiplican en el momento actual, pero con un enfoque violento de la
violencia no resultará la paz.
No resultará la paz desde esta visión
zoológica de la vida que propicia la lucha por la supervivencia, la lucha por
el predominio del más apto. No resultará este mito. No resultará la paz
manipulando las palabras o censurando las genuinas denuncias que se hacen
contra todo atropello y toda atrocidad que se comete contra los seres humanos.
A esta alturas me cuidaré de no mencionar los “derechos humanos” porque también
han sido vaciados de contenido y falseados en su significado. Ahora sucede que
se bombardea a las poblaciones indefensas para proteger sus derechos humanos...
No resultará la paz de esa visión
zoológica de la vida que propicia un orden social en base a premios y castigos
trsladando la domesticación animal al honorable ciudadano que comienza a
entrenarse en la desconfianza, la delación y el mercadeo de sus afectos.
“Algo hay que hacer”, se escucha en
todas partes. Pues bien, yo diré que hay que hacer, pero de nada valdrá decirlo
porque nadie lo escuchará.
Yo digo que en el orden internacional,
todos los que están invadiendo territorios deberían retirarse de inmediato y
acatar las resoluciones y recomendaciones de las Nacione Unidas.
Digo que en el orden interno de las
naciones se debería trabajar por hacer funcionar la ley y la justicia por
imperfectas que sean, antes que endurecer leyes y disposiciones represivas que
caerán en las mismas manos de los que entorpecen la ley y la justicia.
Digo que en el orden doméstico la
gente debería cumplir lo que predica saliendo de su retórica hipócrita que
envenena a las nuevas generaciones.
Digo que en el orden personal cada uno
debería esforzarse por lograr que coincidiera lo que se piensa con lo que se
siente y lo que se hace, modelando un vida coherente y escapando a la
contradicción que genera violencia.
Pero nada de lo que se diga será
escuchado. Sin embargo, los mismos acontecimientos lograrán que los invasores
se retiren; que los duros sean repudiados por las poblaciones que exigirán el
simple cumplimiento de la ley; que los hijos recriminen a sus padres su
hipocresía; que cada uno se recrimine a sí mismo por la contradicción que
genera en sí y en los que lo rodean.
Estamos al final de un obscuro período
histórico y ya nada será igual que antes. Poco a poco comenzará a clarear el
alba de un nuevo día; las culturas empezarán a entenderse; los pueblos
experimentarán un ansia creciente de progreso para todos entendiendo que el
progreso de unos pocos termina en progreso de nadie. Si, habrá paz y por
necesidad se comprenderá que se comienza a perfilar una nación humana
universal.
Entre tanto, los que no somos
escuchados trabajaremos a partir de hoy en todas partes del mundo para
presionar a los que deciden, para difundir los ideales de paz en base a la
metodología de la no- violencia, para preparar el camino de los nuevos tiempos..."