El tribunal supremo ha dictaminado que Sortu -la Batasuna moderna- no puede presentarse a las elecciones aunque dicha sentencia no ha sido unánime. Nuestro tribunal ha entendido que existen pruebas suficientes de que Sortu es Batasuna y por tanto, ETA. Entre ellas, algunas ya muy conocidas, que la organización nunca ha condenado la violencia etarra, ni piden perdón a las víctimas, ni nada. Su mensaje, pulcro en lo legal, es carente de todo sentido común, un chiste malo que sólo hace gracia a los más ignorantes.
Tres han sido las excepciones, tres las excepciones pese a las cuales Sortu no ha dejado de ser ilegal. Dichas excepciones no quieren decir que hubiera tres miembros del tribunal a favor de su legalización sino que, simplemente, no encontraron motivos para ilegalizarla – puede ser que sí pero prefiero pensar que no-. Esta sentencia demuestra que la interpretación de las leyes puede girar en dirección al sentido común pese a las manipulaciones a las que se ve sometida por los amigos de los terroristas.
A pesar de que Sortu es totalmente incapaz de mantener o mejorar su mensaje sin estar en los ayuntamientos, tiene la posibilidad de reafirmarse en su supuesta renovación durante los próximos cuatro años. Es posible, por otro lado, que intenten presentarse en una candidatura conjunta con alguna fuerza de izquierda vasca pero espero que el sentido común vuelva a destacar frente a la parafernalia legal que imprimen en sus estatutos y acuerdos. Tan grave es ser amigo de terroristas como ser amigo de amigos de terroristas, esta situación no puede ni debe pasar desapercibida.
Tan alerta como los policías, los jueces deberán estar preparados para cualquier maniobra que la izquierda abertzale pueda proponer en los próximos días. Sus mayores ansias pasan por la financiación pública y sin listas no hay pasta… Estamos cerca de destrozar al independentismo más radical y violento, estamos cerca de dejar de mirar debajo de los coches, estamos de cerca de ver un País Vasco en paz…