Chesterton y Bernard Shaw se hicieron muy famosos en la sociedad inglesa de su tiempo (sobre todo en la sociedad londinense) por las polémicas y debates que sostuvieron, a veces desde sus correspondientes periódicos y libros, a veces en público, en forma de debates y conferencias. Este debate fue uno de los más sonados y, por extraño que parezca, no sabemos quien tuvo la acertada idea de ponerlo por escrito y dárselo a la editorial Palmer (en España lo ha publicado la editorial Renacimiento, de Sevilla). Sea como fuere, gracias a ese anónimo transcriptor, podemos gozar de ese debate, después de tantos años pasados. La traducción española ha sido realizada por Victoria León y precede al texto del debate un prólogo de Enrique Baltanás.
MR. SHAW.-"[...] En ciertos momentos del discurso de Mr. Chesterton he tenido la tentación de levantarme y golpearle con él [con un paraguas] en la cabeza. Tal vez en este momento me sienta tentado a hacer lo mismo con Mr. Belloc. Pero si abusara de mi derecho a hacer lo que quiera con mi propiedad -mi paraguas-, no tardaría en recibir la advertencia -seguramente mediante el puño de Mr. Belloc- de que no puedo tratar mi paraguas en cuanto propiedad mía del mismo modo que un terrateniente puede tratar su tierra. Yo deseo acabar con la propiedad para que la posesión y el disfrute alcancen su grado más alto en todos los sectores de la comunidad [...]"
Uno mira los debates de la televisión, sobre todo las agrias y vocingleras tertulias del corazón, y lo compara con este tipo de charla amistosa entre escritores de la talla de Shaw, Chesterton y Belloc y no puede por menos pensar que se ha perdido esa forma elegante de discutir. Por supuesto, después de leído el debate, se saca la conclusión de que en pocas cosas estaban de acuerdo Chesterton y Shaw, pero al menos sí coincidían en algunas cosas y esas son cosas tan importantes como la defensa de la libertad o la búsqueda de la verdad.
Espero que os haya podido interesar lo que os he contado acerca del debate entre Chesterton y Shaw. Estoy seguro de que, si lo leéis, os gustará mucho y os enriquecerá.
En fin, amigos, quisiera deciros que durante parte del mes de agosto estaré de vacaciones. Os deseo que paséis unas felices vacaciones, que disfrutéis de esos días de descanso, que leáis y compartáis buenos momentos con vuestras familias y amistades. Que Dios os bendiga y hasta pronto, amigos.