9 jun 2014
Estar en paz con los acreedores es importante
Fecha: 09 jun 2014 / Publicado por: Borja Marugán Álvarez / Leave a CommentEn el anterior post se habló sobre el hecho de cuán importante es que la empresa en la que invertimos, a través de acciones cotizadas en el mercado de valores, sea rentable, con el fin de que se nos dé cierta seguridad del retorno a través de dividendos. Es muy bonito obtener una alta proporción de beneficios sobre los recursos propios (ROE) pero, ¿cómo está obteniendo la compañía tales beneficios? Es más, ¿de dónde proviene el efectivo que se genera en el negocio? ¿Cuál es la estructura de su cash flow? Este último término que he nombrado es la clave.
Veamos, el efectivo se puede obtener de muchas maneras: venta de inmovilizado, cobro a clientes y deudores, venta de productos y servicios, ampliaciones de capital y, cómo no, apalancándose. Hemos de tener en cuenta un hecho en cuanto al flujo de efectivo (cash flow). Existen tres maneras pero citaré dos muy importantes: operativo y financiero. Un negocio sano se verá en el caso de que la primera fuente de efectivo sea mayor que la segunda. Eso quiere decir que la empresa está generando dinero gracias a sus líneas de productos, gestión de marca, costes, distribución, entre otros aspectos. Sin embargo, si el efectivo financiero es superior al de operaciones propias, entonces, la empresa está dependiendo constantemente de fuentes ajenas, con el fin de mantener sus márgenes y poder pagar sus deudas.
Una nota importante: Si al ver las cuentas del flujo de caja de la empresa, ve que el cash flow financiero está entre paréntesis, significa que se está produciendo una reducción de este y, por ende, la empresa está llevando un proceso de desapalancamiento y sanear su estructura financiera.
Ahora bien, si usted no quiere complicarse tanto a la hora de saber si la compañía en la que quiere invertir, o bien ya tiene capital invertido, o bien tiene bajas probabilidades de caer en concurso de acreedores, o bien ener que hacer una reestructuración de deuda porque no puede pagar los bonos que emitió en el mercado de renta fija, o bien anula el dividendo como hizo Telefónica, entonces aplique el siguiente ratio:
El activo corriente es toda la parte de la contabilidad de la empresa que, primero genera patrimonio, y segundo, se puede transformar en efectivo en el corto plazo. Por ejemplo, cobrar a los deudores, vender mercaderías, pedir que el cliente, al que le ha financiado la mercancía a 30 días y que lleva 5 de retraso, le pague ya con los intereses más el cargo por retraso, obtener dinero del banco o el efectivo en la caja registradora.
Mientras que el pasivo corriente es toda aquella deuda con acreedores y proveedores que se tendrá que hacer frente en menos de un año. Por tanto, conviene que el activo corriente sea en la mayoría de los casos superior al pasivo corriente. De hecho, dependiendo del perfil de inversor se recomienda un resultado de la ratio diferente. Así, para un inversor conservador se le recomienda adquirir empresas cuyo activo corriente sea 2 veces superior al pasivo corriente. Por otro lado, para el inversor de activo basta con que el activo corriente sea 1,5 veces superior al pasivo corriente.
De esta manera, usted, inversor, podrá tener seguridad de que la empresa en la que ha invertido, tiene una baja probabilidad de caer en las garras del concurso de acreedores. Recuerdo que en estas situaciones, son precisamente los accionistas los últimos en cobrar en caso de que se liquide la sociedad. Siempre y que haya quedado algo del patrimonio neto. Normalmente son las migas del pastel que se reparten entre los acreedores y los proveedores. Por lo que sería recomendable tener esta ratio en cuenta si no quiere sustos.
Sustos, sobre todo, en los tiempos que corren, debido a que el concepto “deuda”, se le ha dado una connotación negativa desde el estallido de la crisis de la eurozona en 2010. De manera inquisitoria, se ha ido viendo qué empresas tienen una estructura financiera sana, y cuáles no.
@CompartirTradin
Durante una investigación en el mismo año de la “Tragedia griega”, hice una investigación de valores cuyos precios no llegaban a los cinco euros. Creé un barrido de todo el mercado de valores español. El primer paso fue excluir aquellas empresas que no llevasen, por lo menos, cinco años de beneficios continuos. Quedaron sobre todo compañías del Ibex35 y algunas del mercado continuo. De los gigantes estaba Iberdrola, mientras que de los valores pequeños y medianos: Laboratorios Rovi. Ante mis prejuicios pensé que la blue chip sería mucho mejor que la farmacéutica, debido principalmente a que estaba mucho más internacionalizada, teniá diversificación geográfica, operaba con alto capital marca dentro de una competencia monopolística o, más bien, oligopolísitica, entre otros aspectos. ¿Cuál fue mi sorpresa? Resultó que Iberdrola tenía un activo corriente 1,05 veces al pasivo corriente, en comparación con Rovi que era de 2,5 veces.
No es que dude de la viabilidad de la compañía eléctrica, pero siendo un hombre íntegro a los principios de inversión, poseyendo un pequeño capital de 500 euros (tenía 19 años), y que la situación externa no era buena (es decir, los problemas de la deuda estaban creciendo), preferí decantarme por Rovi, de la cual obtuve muy buena sorpresa, dado que pude sacar beneficios que, para mí, fueron increíbles y me permitieron un cómodo retiro estival en 2011.
Creo recordar que fue en el mismísimo 2011 cuando analizando las cuentas anuales de Telefónica, vi que la ratio de activo corriente/pasivo corriente era de 0,64. ¿Cuál fue el efecto? La suspensión del dividendo de 2012 y una caída de cotización desde un rango de 18-20 euros la acción hasta el mínimo de julio de 2012 en 9,06 euros por acción. Desconozco actualmente la situación de la empresa de telecomunicaciones, pero un hecho está bien claro, y es que es importante saber que la compañía tiene los cabos bien atados y que no tiene ningún problema financiero por ahí suelto. Aléjese de aquellas compañías que le quieren seducir con suculentos beneficios cuando detrás existe una inestable estructura financiera que tarde o temprano, cuando los tipos de interés suban tanto que se le haga imposible financiarse más, y poder pagar los términos amortizativos por el incremento de los intereses, entonces como bien dijo Warren Buffet: “Sólo cuando baje la marea se verá quién nada desnudo”; es decir, únicamente cuando se retire las cálidas aguas de liquidez con intereses cercanos a cero, se verá quién estaba cometiendo actos de libertinaje empresarial.
Un saludo y hagan inversiones inteligentes:
Borja Marugán