El esfuerzo para pagar el alquiler mensual es cada día mayor. El año pasado, los españoles tuvieron que destinar de medio el 43% de su sueldo bruto al pago del alquiler.
Según el informe Políticas de vivienda y su incidencia en el largo plazo, elaborado por EY para ASPRIMA, para un pensionista, el esfuerzo para alquilar una vivienda ascendió en 2020 al 103% de la pensión media. Porcentaje que se eleva al 163% en el caso de las pensiones de viudedad. El porcentaje de personas mayores que viven de alquiler es bajo. Sin embargo, son un colectivo muy vulnerable frente a un mercado cada vez más despiadado.
Es por ello, que el Gobierno puso en marcha el año pasado el Plan Estatal de Vivienda 2022-2025 que contempla ayudas específicas para los mayores de 65 años, con el objetivo de facilitar el acceso y la permanencia en una vivienda en régimen de alquiler a los sectores de población con escasos medios económicos. También se destaca la ayuda al alquiler de 525 euros a la que tienen acceso los titulares de pensiones no contributivas.
Ayudas para inquilinos mayores de 65 años
El Plan estatal contempla ayudas para inquilinos, siempre y cuando esa casa alquilada sea su vivienda habitual y permanente. Deben tener unos ingresos anuales de 3 veces el indicador IPREM (o 4 en caso de familia numerosa general y personas con discapacidad; y 5 IPREM para la familia numerosa especial y personas con determinados grados de discapacidad).
La cuantía de la ayuda es del 40% de la renta mensual con carácter general. No obstante, para mayores de 65 años la cuantía asciende hasta el 50% de la renta mensual.
Complemento para titulares de pensión no contributiva
Otra ayuda al alquiler para jubilados es el complemento para titulares de pensión no contributiva que residan en una vivienda arrendada. Como su nombre indica, está dirigido a aquellas personas beneficiarias de una pensión no contributiva por invalidez o jubilación, es decir ciudadanos mayores de 65 años que no hayan cotizado lo suficiente para tener derecho a una pensión contributiva, que carezcan de vivienda en propiedad y residan, de manera habitual, en una vivienda alquilada. Se trata de una prestación económica de 525 euros que se realiza en un pago único y que no se ha revalorizado desde el año 2010.
El motivo por el cual solo se aplica este bono solo a los pensionistas no contributivos es porque su cuantía no llega al 50% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).