Hubo tiempo, -no mucho tiempo atrás-, cuando estaba ocupado, ocupado, ocupado… Decía a las personas que trabajaba 60 horas a la semana y que dormía seis horas por noche. Básicamente estaba demasiado ocupado para respirar… ¿Mi tiempo?
Ahora trabajo 45 horas a la semana y duermo cerca de ocho horas por noche. Y tengo la percepción de que continúo haciendo lo que debe hacer.
¿Y cuál es mi secreto?. He comenzado a seguir como paso mi tiempo; registro cuántas horas y minutos dedicó a diferentes actividades como trabajar, dormir o hacer tareas domésticas.
Pronto me di cuenta que había tirado gran parte de mí tiempo. Había pasado mucho tiempo perdido en internet, etc.
Todos tenemos el mismo tiempo 168 horas semanales – “24-7″- pero no acabamos de reconocer como estamos gastando nuestro horario.
Vivimos en una sociedad competitiva y lamentamos nuestra privación de sueño y de exceso de trabajo, en perjuicio de tiempo para asuntos personales. Pero, a veces, este lamento (estar “ocupado” y “muerto de hambre por tiempo”), nos hace sentir importantes frente a los demás.
Pero si lo pensamos, quejarse acerca de una larga lista de tarea larga lista no sólo es aburrido, sino, también, es un triste gancho para la autoestima.
La clave está en ver cómo gastamos nuestro horario para poder controlar nuestro tiempo y en última instancia, nuestras vidas. Y así es cómo podemos hacerlo:
• Mantén un registro del tiempo. Para poder gestionar tu tiempo, necesitas controlar el mismo. (Si alguna vez has intentado perder peso, has llevado un control diario de los alimentos que consumías).
• Se honesto. Registra con sinceridad tu dedicación a cada actividad. Un estudio sobre el seguimiento del tiempo dedicado por las personas trabajadoras demuestra que muchos que dicen trabajar 70, 80 o más horas a la semana, realmente trabajan menos de 60 horas.
• Pregúntate que quieres hacer con tu tiempo. Afirmar que estamos ocupados parece que nos alivia la carga de la elección. Pero si estás trabajando 50 horas a la semana y duermes ocho horas por noche (56 por semana), te quedan 62 horas para otras cosas. Eso es un montón de horas para ocuparlo en tu vida familiar y vida personal –ejercer voluntariado, leer un libro o ver la TV si así lo deseas-.
Establece metas–tal vez, tres horas de ejercicio y el intercambio de dos horas de TV para la lectura, a la semana- y analiza en que momentos de tus 168 horas semanales puedes hacer que ello suceda.
• Cambia tu lenguaje. En lugar de decir “no tengo tiempo” prueba a decir que “no es una prioridad” y observa lo que sientes. Por ejemplo, nunca diríamos “no voy a ir al médico porque mi salud no es una prioridad”. Si frases como estas no te sientan bien, ya puedes cambiar. Cambiar nuestro lenguaje en esta dirección nos recordará que el tiempo es una elección. Si no nos gusta cómo nos estamos usando nuestro tiempo, podemos elegir cosas diferentes.
Fuente http://antoniopenalver.blogspot.com.ar/2012/03/estas-tan-ocupado-como-piensas.html
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