Uno de los monumentos más espectaculares del mundo es, sin duda, la Madre Patria de Volgogrado, antigua ciudad de Stalingrado. Curiosamente, es uno de los grandes monumentos menos conocidos por la cultura occidental debido quizá tanto a la cerrazón comunista de la Rusia soviética como al menosprecio que desde Occidente se ha hecho a todo cuanto ha venido de la URSS.
De esta manera, y si bien conocemos hasta la saciedad todos los entresijos y las historias que hay detrás de la famosísima Estatua de la Libertad de Nueva York, apenas conocemos datos acerca de un monumento mucho más espectacular que este: la Madre Patria rusa de Volgogrado.
Stalingrado, la batalla más sangrienta de la humanidad
La antigua ciudad de Stalingrado (tuvo este nombre desde 1925 hasta 1961, situada en la confluencia de los ríos Volga y Tsaritsa, fue el escenario durante la II Guerra Mundial de probablemente la batalla más espectacular de toda la larga contienda, así como quizá la más decisiva de todo cuanto había ocurrido hasta entonces en la contienda. La Batalla de Stalingrado, que se inició el 21 de agosto de 1942 y duró hasta el 2 de febrero de 1943, fue decisiva para el sostenimiento de la resistencia de la Unión Soviética contra el Ejército de Hitler, como también como punto de quiebra del avance nazi durante la guerra. Los ejércitos de Alemania, Italia y Rumania, trataron de tomarla como un sitio estratégico para conquistar la Unión Soviética pero la heroica defensa de un millón de hombres soviéticos, número nunca alcanzado en la historia, propició la rendición del mariscal de campo Friedrich Paulus y todo el VI Ejército Alemán. Más del 90% de la ciudad quedó en ruinas y perecieron entre tres y cuatro millones de hombres, contando bajas de soldados de ambos bandos y civiles. Es considerada como la batalla más sangrienta de la historia de la humanidad.
¡La madre patria llama!
Este es el nombre correcto de la magnífica figura que se erigió en lo alto de la colina de Mamáyev Kurgán, que hoy es, por entera, un tributo a tal decisiva batalla. Esta estatua simboliza la personificación de la Madre Rusia; es una mujer que lidera a su pueblo, espada en alto y gesto de rabia, hacia la resistencia. Vestida a la manera griega, supone una moderna interpretación de la Victoria o Niké helenas, y recuerda irremediablemente al famoso cuadro de "La libertad guiando al pueblo", durante la Revolución Francesa.
Resulta difícil imaginarse el grado de perfección técnica que llevó a construir una obra de tal magnificencia, con una inclinación delantera que resulta un auténtico desafío a la física. La construcción de este monumento comenzó en 1959 y se terminó en 1967, y fue llevada a cabo por los más grandes ingenieros y arquitectos rusos. Después de su inauguración en 1967, dos restauraciones importantes se han efectuado, en los años 1972 y 1986.
Tiene una altura de 85 metros y está compuesta por 5.500 toneladas de hormigón y 2.400 toneladas de metal. Su más parte espectacular, la espada, mide 33 metros y pesa 14 toneladas. La rigidez del conjunto está asegurada por una compleja estructura de cables internos. En el momento de su inauguración era la estatua más grande del mundo. Hemos de pensar, para hacernos una idea de sus dimensiones, que la Estatua de la Libertad sólo tiene 46 metros de altura; y el Cristo Redentor de Brasil, 40. Todo un lujo desconocido para la mayoría de nosotros.
El futuro de la Madre Patria
La estatua está inclinándose cada año un poco más (aunque la base de hormigón, de 16 metros de profundidad, no ha sufrido esta inclinación). En mayo de este año la inclinación era de 211 mm, mientras el autor de esta gran obra indicó 272 mm como un punto crítico. Algunos especialistas dicen que el monumento puede derrumbarse en cualquier momento, otros opinan que este proceso está dentro de la normalidad. El director del Complejo-museo en Mamaev Kurgan dice que el monumento está bajo un control constante, la inclinación no causa grietas y el estado de la escultura es satisfactorio.
Obsérvese, en esta foto, la tremenda inclinación de la estatua