En el primer cuarto del siglo XX, cuando sonaban por México los nombres hoy legendarios de Huerta, Carranza, Obregón, Zapata y Pancho Villa, uno de aquellos revolucionarios creó una frase histórica: “No hay general que resista un cañonazo de 10.000 pesos”.
Cañoneando hábilmente con mordidas, el PRI se institucionalizó como el partido político más hábil del mundo, porque gobernó ininterrumpidamente, en aparente democracia, durante siete décadas.
Tras la llegada al Parlamento del anticonstitucional Estatut creado por el socialnacionalismo y el nacionalismo de los políticos catalanes, cada uno de los diputados socialistas del resto de España va a recibir tremendas andanadas de cañonazos.
Serán las promesas de repetir cuatro años más en sus cargos y prebendas tras las próximas elecciones generales. Porque si se resisten a las exigencias catalanistas apoyadas por Zapatero no serán candidatos, los echarán de la política, única profesión de muchos de ellos.
Es que “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, otra máxima creada por la sabiduría del PRI.
Lo mismo piensa ZP, dispuesto a entregarse a Pasqual Maragall y demás secesionistas, de quienes depende para sobrevivir en la Moncloa.
Por eso, y aún a costa de romper España, defenderá importantes elementos del proyecto trompicado por el president catalán entre vapores exaltadores de sus maragalladas.
Hay diputados socialistas hostiles a claudicar, pero ya han recibido cañonazos del entorno de ZP. En el PSOE será difícil encontrar a quienes mantengan sus ideas sobre España si no quieren vivir en el error: fuera del presupuesto.
Veremos a muchos socialistas humillados ante el socialnacionalismo de los políticos catalanes: Maragall ha advertido con soberbia colonialista que “Cataluña ha agotado su margen de generosidad con las Españas” por lo que él definirá hacia dónde se dirigirán sus dádivas contributivas al Estado.