La historia que voy a contar es el relato de los sentimientos que durante 24 horas me han rodeado y las vivencias del, para mi, el día más grande del año. El día en el que me encierro ante todo lo mío, mi familia, mis amigos y mis compañeros de trabajadera para trasportarme así hacia un lugar que sólo ellos y yo sabemos de qué hablo y cómo llegar. Un lugar en el que para alzanzarlo has de compartir lo que compartimos nosotros y no es otra cosa que un amor profundo por nuestras raíces, quienes nos han enseñado a ser lo que somos y a querer a nuestro Cristo de Vera-Cruz y nuestra Virgen de la Sangre como ellos lo hacen, así como un compromiso firmado con nuestra palabra de dejarnos el alma en todo lo que hacemos.Y hablo en primera persona del singular porque no entiendo nada de lo que ocurre el Jueves Santo si no es con ellos ni junto a ellos, mis compañeros de trabajaderas.Comenzaba este día con nuestros whass-Ap echando humo, arengándonos a lo que debiera ser una gran tarde en nuestra gloria particular que se encierra entre 6 trabajaderas del palio más otras tantas del Cristo. Nuestra primera quedada preceptiva iba a ser ante Ellos, nuestros Titulares, en su Templo para implorarles por última vez las fuerzas siempre necesarias. Ayúdanos en la tarea de llevarte por todo el pueblo y regarlo de bondad, le pedimos .....y a Tí Señora, nos ilumines nuestro camino y nos concedas la fe necesaria para hacer frente a la vida los flashes fueron protagonistas toda la mañana estupenda imagen que mostraba el paso toma magnífica con ambas Imágenes cuando una gota de Sangre se hizo flor mi Cristo ya esperaba ...en su magnífico paso otra perspectiva de la trasera del palio ....y cómo no, como cada mediodía del Jueves Santo, el Pechi es nuestra parada. Allí nos tomamos una cervecita y comentamos los últimos detalles antes de juntarnos ya con nuestro costal en mano. Mi pequeño sobrino Antonio nos ha sorprendido vestido como lo hacen "los tíos por derecho" en este día, con su costal y su faja y como lo estaría por la tarde su padre. son momentos para inmortalizarlos con una foto la hora de la verdad estaba cerca; nos preparábamos y hablábamos....habíamos de tirar del carro cuando la batalla se presentara dura. En la foto, Borrego y uno que lo ha hecho durante largas décadas, nuestro amigo Nini. Con mi primo Diego y Nini antes de la salida mis primos, sangristas de pura cepa, como toda nuestra familia, preparan su costal los Vázquez también se apretaban Y el Cristo de la Vera-Cruz salió a la calle tras dos largos años sin haberlo hecho portado por la mejor cuadrilla que anda bajo un paso de Semana Santa en mi pueblo. Esta afirmación es reconocida por todos quienes componemos el mundillo cofrade. Ole por ellos y sus capataces que sientan cátedra en cada chicotá La Cruz de Guía marcaba el paso de la cofradía Mi cuñado Manolo comandando el paso y entre el bullicio llegamos a la plaza con la elegancia y el temple necesarios y que nos caracteriza. Cabe destacar el acompañamiento en cuanto a saetas que hemos vuelto a tener. Podemos presumir que contamos, desde ya muchos años a esta parte, de los mejores. El Kiki y Manuel Cuevas volvieron a demostrar que ellos son quienes están en la vanguardia de este género, son los mejores. Para confirmar este hecho, además de las perlas que nos dejaron durante todo el recorrido, como muestra de ésto que digo, unas horas más tarde, la mismísima Macarena paró su paso en plena Campana para escuchar durante 5 minutos su portentosa saeta que fue aplaudida largo tiempo por el pueblo sevillano reconociendo su extraordinario don. y después de casi 6 horas de cofradía......la entrada, quizás el punto más esperado por todos quienes expectantes esperan el momento momento culmen de emociones una vez recogidos, llegó la calma ante nuestra Virgen ....al día sguiente, todos son anhelos, recuerdos, lágrimas derramadas, cera derretida, cansancio y un acúmulo de vivencias de algo que la historia se encargará de tenerle un rinconcito en su hemeroteca. Un poco dolorido, eso sí, y herido con marcas de un trabajo bien hecho pero con una sensación de agradecimiento a mis compañeros por haberme brindado una nueva razón sumamente poderosa para quererlos por la enésima lección de saber estar y de emociones que, ni siquiera cualquier testimonio pueda llegar a describir, han vuelto a marcarme. Eso queda para nosotros. Gracias de todo corazón, sois grandes y lo habéis vuelto a demostrar. El año que viene ya ha empezado