Este jueves...el a b c de la dimensión desconocida

Publicado el 07 noviembre 2014 por Charo

                                                                     EL SEÑOR F.
      Como cada mañana de sábado, el señor F. sale a pasear con Bowie, su dálmata de cuatro años. Son las nueve en punto de la mañana. Bowie menea la cola excitado mientras esperan el ascensor. Cuando entran, un olor rancio, como a bolas de naftalina de las que su abuela ponía en los armarios para ahuyentar a las polillas, impregna el ambiente. Bowie olisquea frenético la esquina derecha de donde surge una pequeña nube de vapor que se va agrandando por momentos. Un fuerte tirón hace soltar la correa al señor F. que observa atónito cómo  su perro es engullido por la húmeda blancura. Apenas consigue reaccionar, se da cuenta de que ya deberían haber llegado a la planta baja y sin embargo el ascensor no ha parado. Inquieto, aprieta una y otra vez el botón de parada sin que se produzca el efecto deseado. Se agacha y mira a través de la nube que poco a poco se va haciendo más pequeña. Instintivamente, antes de que la nubecilla desaparezca, empuja con los pies la esquina del ascensor que no opone ninguna resistencia. Nota cómo las piernas cuelgan al otro lado y siente miedo. Por un momento piensa en sacarlas y olvidarse del asunto, pero no puede dejar a Bowie a merced de lo que quiera que sea lo que se lo ha llevado. Con un ligero empuje, introduce el resto del cuerpo entre las paredes. Sus pies se apoyan en algo duro y respira aliviado. Al menos hay suelo, piensa. Aparece en una especie de jardín en el que no hay flores de colores porque todo es en blanco y negro, sin embargo hay muchos olores: olor a tierra, a pino, a madera, a sudor, a la lluvia que caerá en breves momentos, a una hembra en celo...son tantos que su nariz no está preparada para recibirlos y siente un ligero mareo pero ni siquiera se tambalea porque se da cuenta estupefacto de que está a cuatro patas. Escucha su nombre una y otra vez en una voz que le resulta extraña: ¡Félix, Félix! ¿Dónde estás? ¡Félix, Félix!
   Quiere contestar, pero solo un ladrido sale de su garganta.
                               
                                        Gracias por tu regalo Yessy!Más historias sobre la Dimensión Desconocida en el blog de Jessy Kan MANIFIESTO DE AMOR