Este jueves...............el jardín

Publicado el 10 abril 2015 por Charo

Este jueves nos conduce Alfredo del blog La Plaza del Diamante y el tema elegido es "El Jardín", ya que este fin de semana celebramos una reunión "juevera" en la ciudad de Aranjuez, famosa por sus maravillosos jardines
Ésta es mi pequeña contribución. Si deseas pasear por más jardines pincha AQUÍ
   Nunca creí que fuera a sucederme a mí ni nunca creí que fuera cierto, pero en el mundo real todo es posible. En el mundo feérico donde yo habito desde hace tres siglos existe la leyenda de que si una dríade, especie a la que pertenezco, sale durante el día y se encuentra con un mortal, se enamorará perdidamente de él.    Aunque pertenezca al mundo de la fantasía, soy bastante racional por lo que nunca he hecho caso de semejante tontería, sin embargo, deseaba vivir una experiencia nueva ya que soy de natural inquieta y curiosa. De todos es sabido que no podemos dejarnos ver durante el día por ningún ser humano, estando supeditadas nuestras salidas a la oscuridad de la noche. Cuando  el jardín se cierra a los visitantes, campamos a nuestras anchas por la Montaña Rusa, los Jardines Chinescos, la Casa del Labrador, el Embarcadero, el Museo de Falúas....todo en perfecta armonía con criaturas de otros mundos.     Existen algunos días en que esta norma se puede transgredir durante unos escasos minutos y todas esperamos con ansiedad que el fenómeno se produzca pues solo una de nosotras puede hacer uso cada vez. Este año ese día me correspondía. En el momento en que  la luna  eclipsó totalmente al sol salí deprisa y atropellada chocando con algo que cayó al suelo. Era la criatura más bella que había visto en mi larga existencia, claro que viviendo entre gnomos y trasgos cualquier hombre me parecería una delicia. Mi humano tenía el pelo negro como la obsidiana y los ojos verdes como las hojas de las enredaderas en primavera. Fue un impulso, él me miró y pude ver la estupefacción en su cara. Al instante, utilizando todo mi poder de seducción anulé su escasa voluntad y antes de que el sol volviera a aparecer, lo introduje por el hueco del fragante magnolio donde se encontraba la entrada de mi hogar, al lado de la fuente de Apolo. Desarmado por mi amor y un poquito de mi magia disfrutamos de los diez días más maravillosos que ningún ser pueda imaginar, hasta que mis hermanas, celosas de mi felicidad, aprovechando un descuido a plena luz solar, empujaron a mi amado fuera de nuestro hogar, dejándome hundida en la desesperación más absoluta.   Pocos días después vagando entre los castaños de indias encontré en el suelo un periódico local con la siguiente noticia "después de cuarenta años desaparecido en extrañas circunstancias, un hombre reaparece en el Jardín del Príncipe sin haber envejecido y sin poder recordar nada de su vida pasada".    Ese era mi único consuelo, saber que no le había robado a mi amado ni un segundo de su tiempo.