Este jueves Encarni nos ha propuesto escribir una historia que tuviera como protagonista a otro "juevero" que fuera invisible para los demás hasta el día de la publicación del relato. Hizo un sorteo entre los que queríamos participar y a cada uno nos dijo por privado quién sería nuestro " amigo invisible". A mi amiga, en este caso, no la conozco personalmente y tampoco tengo muchas referencias sobre ella porque lleva mucho tiempo sin participar, pero se me ha ocurrido una historia un poco loca que espero que os guste. Más relatos en Brisa de Venus
Jo, no tenía que haberlo hecho...pero lo hecho hecho está, y no tiene remedio. Y es que, claro, yo soy más chula que un ocho y quise presumir delante de una persona a la que solo conocía a través de internet...qué idiota, me refiero a mí, por supuesto, no a la pobre muchacha que no tuvo culpa de nada y se vio en la vergüenza...y es que no escarmiento, siempre metiéndome en líos y metiendo a los demás, pero...si hubiera salido bien hubiera sido el no va más y ella se hubiera quedado patidifusa, bueno, en realidad patidifusa se quedó cuando vio de cerca a tanto famoso, porque esto no será Hollywood, pero también tenemos nuestro glamour, aunque tenga menos nivel...bueno, menos nivel según y cómo porque muchos de los actores que vio tan cerquita como me pudo ver a mí trabajan en Hollywood...mira La Paz Vega, o la Penélope Cruz, o el José Antonio Bayona, bueno, este es director pero da igual...y ¿José Coronado?...no habrá trabajado en América pero no tiene nada que envidiarle a George Clooney y además no dejaba de mirar a mi amiga...porque claro, nosotras también íbamos guapísimas con dos vestidos que yo había tomado prestados de los que nadie se había querido poner, no porque fueran feos ni muchísimo menos, sino porque eran demasiado sencillos, y estará mal que yo lo diga pero nosotras íbamos divinas de la muerte...las dos somos muy guapas y más con lo preparadas y maquilladas que íbamos, que de eso se encargó mi amiga Mari. Qué pena que alguien tuviera que robar las joyas de la habitación del hotel donde se celebró la gala, porque al día siguiente se descubrió todo el pastel cuando la policía tuvo que tomar declaración a todos los que aparecieron en las cámaras de seguridad que estaban sin identificar y claro, allí estábamos Nieves y yo que solo éramos dos chicas guapas, pero ni actrices ni nada relacionado con los premios Goya, porque a mí las invitaciones me las dio mi primo, pero falsificadas como siempre, aunque yo ningún año había tenido ningún problema, pero claro, ningún año habían robado las puñeteras joyas que no se iban a utilizar. Ayyyyy, lo siento por Nieves, la pobre, por el mal trago que pasó al día siguiente con la policía, aunque creo que supo aprovechar bien el ratito que pasó con José Coronado mientras yo fui al baño... ¿o no, Nieves?