Como ya os contaba, primero hemos pasado por Almería, donde nos recibió un mar bravucón y con fuerza. No estamos acostumbrados a dar dos pasos y encontrarnos que el agua nos llega por el pecho. Y para que engañarnos, intimida un poco. La afición preferida de Rayo en aquellas playas fue combatir con las olas en la orilla, hasta que quedaba extenuado pidiendo regresar a la piscina.
Ya en Levante volvimos a nuestro mar tranquilo, más sosegado y sin la fuerza de las aguas de Almería, lo cual hace que el nene no salga del agua. Se muestra más seguro y confiado y le permite practicar snorkel, bucear a su antojo y nadar sin ningún miedo.
Llevamos una semana de un calor intenso, lo cual hace que la temperatura del agua sea alta..... vamos que a ningún friolero le dará pereza meterse al agua, os lo aseguro. Pero esto tiene un inconveniente, ¡las medusas! Este año tenemos la suerte de que ninguna plaga ha llegado a estas costas. Otros años nos hemos cansado de ver la "bandera de medusas" ondeando en el puesto del socorrista. Este año no es así, pero haberlas haylas, que estos ojitos las han visto. Pero son pequeñitas, más propensas a aparecer por las tardes y cuando el mar está revuelto.
Cuando permanecemos en la playa en horas de sol más intenso, ponemos a Rayo una camiseta especial para protegerle de los rayos UV, además de gorra y crema protectora. Y esto hace que la "zona de impacto medusil" sea menor. Vamos que no es igual que te pique en una pierna y de refilón, a que te pique en mitad del pecho.
Y que hice yo, pues meterme un poquito con el nene, ....., ¿dos minutos? puede ser, era tarde y el agua estaba revuelta, y ¡zas! ahí estaba, encima de mi rodilla una "patita" marcada. Debía ser muy pequeña porque apenas escocía. Asi que era un buen momento para utilizar el remedio que os conté antes de irnos de vacaciones: Medusicalm. Se trata de unos polvos que se deben aplicar sobre la picadura. Mal no me iba a hacer, son ingredientes naturales y está específicamente hecho para las picaduras de medusa. La verdad que sentí alivio y al llegar a casa la inflamación había bajado. Como digo era pequeñita, pero consiguió aliviarme.
Espero que Rayo no lo tenga que utilizar.... con lo quejica que está últimamente con las "pupas"......
Empezamos la última semana de vacaciones, y os confieso que por una parte comienzo a echar de menos mi casa, mis gatas.... pero por otra, ¡no quiero que se acaben! Asi que ya estoy pensando en nuestra próxima escapada, que será en otoño, y con la que Rayo está muy ilusionado.... ya os contaré ya ......