Estereotipos

Publicado el 25 octubre 2013 por Carlos Armando Cuervo @albinoni6

Gitano de Anatolia Turquia

Fotógrafo Tolgar Kelleci  En medio de todos los señalamientos y encauzamientos que se establecen por los innumerables hechos de corrupción y violaciones a los mínimos derechos ciudadanos por parte de los representantes de colectivos de profesionales o por minorías étnicas o religiosas, se establece el terrible prejuicio de estereotipar una religión a cualquier grupo étnico, a una minoría sexual, a los profesionales de determinada actividad, a los hinchas de cualquier divisa futbolera, llegando a generalizar a todo el grupo cuestionado como actuante de mala fe o dotados de acciones maliciosas.
Así es como hemos llegado a sindicar a todos los sacerdotes católicos de pedófilos, a todos los musulmanes como fanáticos extremistas y asesinos de cristianos, a todos los miembros de la etnia Romaní como vagos, ladrones y ahora acusados hasta de perpetrar secuestros, por un simple acontecimiento que ha sucedido en Grecia, pero difundido por la prensa como si toda la etnia se dedicara al secuestro de menores; al gremio de ingenieros civiles de Colombia como anti éticos y cero confiables en la práctica profesional por culpa del evento en el edifico Space, a los fanáticos del fútbol como intolerantes y asesinos, a los miembros del escuadrón de operaciones especiales de la policía nacional como violadores de derechos humanos; y así podría enunciar un número inmenso de situaciones que han generado el maléfico efecto de estereotipar.
Esta actitud de generalizar los errores de un individuo o de un pequeño porcentaje de sujetos adscritos a cualquier colectivo llámese social, religioso o profesional y de paso estigmatizar a todo la mayoría, es una actitud reprochable que usualmente esta preconcebida, sin conocer los elementos esenciales y las pruebas que nos permitan reflexionar y condenar o no la acción de todo un grupo de la sociedad.
Pero esta realización resulta más insidiosa, cuando es a sabiendas e influye en generalizar un error con conocimiento de causa, además de utilizada con intereses políticos o económicos con el apoyo dinámico de medios noticiosos adscritos a los fines que se persiguen con la desfiguración de la verdad.
Los políticos embusteros y de mala calaña son dados a usar estas estrategias, pues al desprestigiar un colectivo o al señalar a una etnia de conductas improcedentes, encubren errores de gobernanza o excesos de corrupción.
Así cuando se señala a los Romaníes de villanos, secuestradores, ladrones y vagos, simplemente se buscan pretextos para eximir a los gobiernos responsables de estos ciudadanos, a crear fórmulas que promuevan la incorporación en condiciones dignas de estos marginales a la sociedad.
O igualmente cuando en Europa se promueve la idea que los musulmanes de manera habitual, son extremistas perpetradores de violencia sectaria, se crea el ambiente político necesario para endurecer las leyes de inmigración en general, lo que perjudica sustancialmente a todos los refugiados sean de carácter político o religioso, debido al endurecimiento de los atributos para recibir asilo o cobijo contra algún tipo de persecución.
En Colombia el ejemplo clásico es inculpar a la guerrilla de todo acto de violencia que involucre víctimas civiles, de esa manera los verdaderos gestores se amparan en la desinformación para cumplir sus oscuros intereses, con el agravante que el público en general en masa es muy crédulo.
Estereotipar conductas en los colectivos es muy fácil, deshacerse de ese mal proceder es arduo, sobre todo cuando hay medios involucrados cooperando con repetir sin variaciones las consignas y argumentos de culpar a un grupo social o etnia, logrando estandarizar un comportamiento indebido sobre la congregación cuestionada, en el imaginario colectivo.
Debemos estar alertas para no dejarnos confundir por titulares que incitan al odio y la aversión de minorías, de gremios o de agrupaciones y si más vale analizar hasta donde son reales y justificables estos procederes.