Se enamoro de una figura de grafito
Se pintan el uno al otro con las manos
Descubiertas, artesanos de la brocha
Se abrazan despacio para que el tiempo
No se robe pedazos de sus almas.
Se buscan sigilosos por las calles de Neptuno.
Se mienten con cuidado para no arrancar la esperanza de los huesos.
Se enamoran disfrazados para que todo parezca una ilusión.
Fuman del mismo humo, para que el aire se sienta complacido.
Oran por las mañanas al sol, entre te verde y opio amable.
Son las seis de la mañana, ella, artista de grafito
Sale a recolectar peces voladores en un cielo púrpura.
Son las nueve de la mañana es hora de que el
Venda al demonio sus letras de amor inventado.
Son las siete de la tarde, cuando las nubes se oscurecen
Y despiden el día con un beso trémulo.
Son las 11 de la noche, cuando se entremezclan
En gemidos compartidos y amor en estado primitivo.
Recuerdan cuando eran gitanos coloridos
Arriba de caballos enmarcados, escaparon con cuidado
De los ladrones de sueños, esos flaquitos que siempre
Andan por las esquinas, con una mirada y se llevan
Hasta el último estertor del cuerpo. Al menos eso me han contado.
Asfixiándose, entre una y otra vez recuerdan,
Queda mañana para reencarnar,
Ojala el karma los deje juntos por otra vida.
Y si no, que sean victimas de una suerte natural.