Los niños usan su creatividad para explorar el mundo que les rodea y establecer soluciones a los problemas con los que se van encontrando. En ocasiones les dan a los juguetes los usos más diversos, incluso desechan los más sofisticados, prefiriendo jugar con sus cajas. Nosotros deberemos participar en el juego y nunca privarles de su espontaneidad.
En definitiva se trata de estimular su creatividad y no reprimirlos. Los niños muchas veces nos sorprenden con sus preguntas y razonamientos, por lo que el lenguaje es un campo de experimentación muy bueno. Hay que tratar de hablar mucho con ellos, escucharles y ser tolerantes.
También debemos animarles a improvisar. Una de las formas es que ellos se inventen finales alternativos para los cuentos que ya conocen. Las manualidades también ayudan mucho en este aspecto. Plastilina, ceras, pinturas, papeles de colores… podemos enseñarles a moldear, pintar y pegar pero siempre dejándoles a ellos la iniciativa.
Nuestro papel será el de proporcionarles el espacio y materiales necesarios para que puedan dar rienda suelta a su creatividad. Y tendremos que recordar que el juego creativo no se lleva bien con el orden y la limpieza cuando se trata de niños pequeños. Eso sí, deberemos poner límites. Pero una cosa es negarles el pintar en la pared y la ropa y otra muy distinta llenarles de prohibiciones.
Y dejémoslo de una vez claro: la televisión no potencia su creatividad, más bien la aplana. Las cajas de cartón, las pinturas de dedos, la música, las tizas y pizarras, utensilios caseros como la masa de harina o cosas que ya no usemos, los rollos de papel higiénico… todo eso sí estimula su creatividad e imaginación.
Seguro que tu hijo le ha cogido gusto y juega muchísimo con alguna caja de cartón o utensilio de cocina ¿nos lo cuentas?
Más información: serpadres.es
Foto: Umair Mohsin
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