Estipticidad, estreñimiento.
Estitiquez es un término típico del español hablado en América que se emplea para designar el estreñimiento, la dificultad para defecar.
La estipticidad constituye un problema de salud y no precisamente trivial; las causas que la producen pueden ser muy variadas, desde una dieta inapropiada, escaso consumo de fibra, beber poca agua o el sedentarismo mismo… Un poco de ejercicio, comer frutas y verduras variadas y beber abundante agua suele aliviar los pródromos, sin embargo, si persisten siempre es aconsejable visitar al galeno.
Encontramos numerosos ejemplos de uso de la palabra en nuestra literatura, curiosamente a menudo en sentido figurado. Ahí van algunos ejemplos:
Baltasar Gracián y Morales, (1601-1658) escritor español del Siglo de Oro en El Criticón. Parte III:
“…Hallaron ser de aquellos que tienen la lengua agujerada con flujo de palabras, y estitiquez de razones; que hay sujetos peores de aquellos, que lo que por una oreja los entra , por otra les sale : pues á estos , lo que por ambas orejas les entra , por la lengua al mismo punto se les va, con tal facilidad de boca, que no les para cosa e el buche, por importante que sea, …”
También en el cuento El ataúd y el muerto con olor a muerto, del cual reproducimos un fragmento donde el escritor costarricense Francisco Chico Zúñiga Díaz (1931- 1997) emplea la voz que hoy nos ocupa:
“…Quiso volverse una seda, no obstante el mogote, tomando en cuenta siempre que la Magdalena no estaba para tafetanes: la llevó a un restaurante de medio ver a comerse arroz con pollo y pretendió, cosa imposible, encharcarse en un dolor de los pecados y un propósito de la enmienda pero, cosa esperada, volvió, por simple inercia, el surco de su estitiquez…”
Y terminamos con Pretérito Imperfecto del escritor y periodista chileno Guillermo Ravest Santis:
“…Nosotros, en cambio, éramos periodistas bisoños forzados a la estitiquez o el pildoreo raquítico que precisa el modo radical. Creo que la crónica más larga que redacté en ese tiempo fue, precisamente, la del duelo Allende-Rettig: una carilla…”
¡Hasta la próxima palabra! ;-)
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