El Lobby tiene una importante influencia sobre el Poder Ejecutivo. Ese poder se deriva en parte de la influencia que los votantes judíos tienen en las elecciones presidenciales. Las organizaciones claves en el Lobby también apuntan directamente a la administración en el poder, y se aseguran de que los críticos del estado judío no obtengan nombramientos importantes en materia de política exterior.
Israel recibe alrededor de $ 3 mil millones en asistencia extranjera directa cada año, que es alrededor de un quinto del presupuesto de EE. UU. para ayuda exterior. Esta generosidad es especialmente sorprendente cuando uno se da cuenta de que Israel es ahora un rico estado industrial con una renta per cápita aproximadamente igual a Corea del Sur o España.
Entre sus miembros más sobresalientes -desde luego alrededor de Donald Rumsfeld- sobresalen: El secretario adjunto de defensa Paul Wolfowitz (para muchos el verdadero cerebro del pentágono); Lloyd Blankfeid (de Goldman Sachs); o Ben Shalom Bernanke (de la Reserva Federal).
Este Lobby ya se ha instalado también en Bruselas y mantiene reuniones semanales con altos funcionarios de la UE, jefes de Estado o de Gobierno y ministros de los 27 que por razones de trabajo tienen que pasar por Bruselas.
Prácticamente todos los grandes conglomerados mediáticos y de entretenimiento en los EEUU son propiedad de miembros de la comunidad judía; La Warner (CNN, AOL, Cinemax, TNT, Castle Rock Entertainment, Hanna-Barbera, HBO), Walt Disney (ABC, Touchstone Pictures, BuenaVista International, Hollywood Pictures, Miramax Films, Caravan Pictures, Life Time Television , Art and Entertainmentm, ESPN); Viacom Inc.(Paramount, Showtime, Nickelodeon, MTV, la CBS y 200 emisoras de radio); Y así la lista continúa con la familia Bronfman al frente de la NBC-Vivendi-Universal; Rupert Murdoch (de madre judía) con su imperio FOX; Norman Pattiz, Presidente de Westwood One, que posee 7500 emisoras radiales; Lawrence Kirshbaum, que preside la división Publicaciones de AOL Time Warner e incluye las revistas Time, Fortune, Sport Illustrated y People, entre otras.
Familias judías están al frente de los más afamados periódicos norteamericanos, como el New York Times, US News and World Report, y las revistas Vogue, Vanity Fair, entre otros. O sea, lo que se denomina el cuarto poder está en manos de la influyente comunidad judía norteamericana.
La verdad es que poco se puede hacer frente a tanto poder, y no pretendo en ningún momento traer a colación el tema del antisemitismo, simplemente que el estudio exhaustivo nos va aclarando muchas cosas, como la actitud de los banqueros, o como la impasividad del pueblo norteamericano ante el conflicto Palestino-Israelí.
Si bien comprendemos el poder que tiene la iglesia católica en cabeza de Benito 16, también es cierto que otras religiones hacen muy bien su propio negocio con sus teologías de la prosperidad (si das dinero a dios, él te devolverá mucho más), tal es el caso de las iglesias protestantes (llamadas a sí mismas cristianas); testigos de jehová (La Watch Tower Bible and Tract Society of New York, Inc. es el mejor negocio editorial del mundo y cuenta con las imprentas más grandes del planeta; a esto se añade el ahorro en derechos de autor, ya que todos los ceden a la secta, el no pagar impuestos por ser una sociedad 'religiosa' y el tener millones de vendedores -tantos como adeptos- que trabajan de forma gratuita. Y aún nos queda lo mejor: cada adepto no sólo es obligado vendedor sino tambien comprador. Y no sólo un ejemplar por familia, sino uno para cada persona, para que así no tengan que hacer cola por leer. Además, los adeptos compran, y pagan por adelantado, todos los libros y revistas que luego deben vender -o regalar- puerta por puerta); los mormones (tan emprendedores como los calvinistas o el Opus Dei), de quienes ha dicho Time que tienen un negocio de 50 mil millones de dólares e ingresan unos 10 mil millones al año.
Me he extendido un poco, pero es que el tema da para mucho, cada quien en su iglesia rogando y al mismo tiempo el saco llenando, la cuestión es que el mundo actual no se maneja con religión sino con pragmatismo realista de causa y efecto, la gente ya no practica casi ninguna religión, simplemente se deja engañar por cualquiera de estos grupos que le exige su dinero y a cambio le promete la salvación de su alma.