Revista Cultura y Ocio

‘¡Esto no es africano!’ presenta la realidad de los homosexuales en África

Publicado el 28 abril 2014 por Delecturaobligada @DelecturaOblig

El periodista Marc Serena vuelve con un libro interesante, demoledor y triste, del que podría surgir un documental

Por: Tania Baeza
portadapEn primer lugar, cuéntenos qué pueden encontrar los lectores en sus nuevas historias.
Creo que el libro sirve para actualizar la visión que tenemos de África. Es un viaje de norte a sur del continente para conocer mejor su religión, la amistad, la familia, la política, su vida cotidiana… Lo que pasa es que, a diferencia de muchos libros de viaje, el protagonismo no recae en el viajero. Aquí las personas importantes son las que encontramos en cada país y, en este caso, que son perseguidas por su forma de ser o de amar.

El título reproduce la respuesta de muchos africanos hacia la homosexualidad. ¿Ha conseguido que alguien le explique por qué piensan que la homosexualidad no es propia de ese continente?
Una de las conclusiones de este viaje es que las personas que huyen de los roles de género habituales o que no son estrictamente heterosexuales son ahora las más perseguidas de África. Hay incluso personas que han muerto por mandar un SMS de amor. Parece imposible pero en el libro lo demuestro. Este es un libro de no-ficción que parece de ficción.
Esta persecución está sustentada a base de muchas mentiras y esta, que la homosexualidad es cosa de blancos, es una de ellas. Es totalmente falso ya que, en realidad, África es un continente tradicionalmente muy abierto a la diversidad sexual.
Por desgracia, la homofobia es un monólogo. Es difícil contradecir estas mentiras desde África porque quien lo hace corre el riesgo de ser agredido, violado, ir en prisión o ser asesinado.

En esta ocasión, ¿inició el viaje por África con la idea de escribir un libro?
Si, aunque no se lo dije ni a mis padres para que no sufrieran. Quería escribir un libro sobre las que considero las personas más vulnerables y débiles del continente, quien no tiene ni quien llore por ellas. Las ONG internacionales hacen caso omiso.

Cuando le entrevistamos por su anterior libro, La vuelta de los 25, nos dijo que lo más fácil del proyecto fue implicar a los jóvenes protagonistas. ¿Cómo encontró a los protagonistas de ¡Esto no es africano!?
Ha sido arduo pero he recibido el apoyo de muchas personas que están luchando de manera clandestina para que esta situación cambie. Una vez descubrí esta red subterránea, me fue posible moverme en estos países a través de una red de contactos segura. Hay mucha gente en prisión por ser gais o lesbianas, pero también hay mucha extorsión.
Lo que me da pena es no poder incluir el centenar de personas que me han ayudado en los créditos del libro. Muchos de ellos no pueden aparecer con su nombre.

Un cambio respecto a su anterior libro, que también estaba relacionado con un viaje, es la editorial. ¿Cómo consiguió el sí de la Editorial Xplora?

M. Serena en la presentación de su anterior libro en La2

M. Serena en la presentación de su anterior libro en Para todos, de La2 de TVE

Creo que este es un libro atrevido y me enorgullece que lo publique una editorial valiente y joven como Xplora, especializada en viajes. Creo que les gustó porque también comparten la idea que visitar otros países sirve para comprender mejor el mundo donde vivimos.

Su segundo libro, al igual que el anterior –catalogado como mejor libro de viajes de su año en lengua no inglesa- está recibiendo críticas excelentes. ¿Está al tanto de ellas? ¿Cómo encaja esos elogios?
Es un poco tramposo, porque sí que es verdad que el libro está recibiendo muy buenos elogios de unas personas, pero en verdad es un libro que no sé si llegará a mucha gente. Muchas personas ya pensarán que, por el hecho de hablar de homosexualidad y África, no va con ellos.
Pero esta es la crónica por la lucha de la libertad de la que todos deberíamos sentirnos identificados. No hace falta ser negro para leer del apartheid, ni judío para sentir el dolor del nazismo.

La calidad de su anterior libro está avalada por sus ediciones internacionales. ¿Se han interesado por su nueva obra editoriales extranjeras?
Hay interés, pero en el extranjero también quieren saber cómo se recibe el libro en el país dónde procede el autor. Veremos que reacción recibe aquí, esto le dará un empuje. Pero creo que puede interesar porque no existe una investigación parecida en el mundo.

El libro se está presentando por España. ¿Cómo están siendo las presentaciones?
El libro se presentó en Barcelona con Jordi Esteva, uno de mis escritores de viaje preferidos. No lo conocía pero quiso acompañarme. Estoy muy contento, porque le gustó el libro y dijo cosas muy bonitas.
En aquel mismo día también vinieron dos personas, un chico de Sierra Leona y una chica de Marruecos, que contaran como dejaron su país por su orientación sexual. Siempre hablamos de le emigración como si fuera por temas de dinero, pero no siempre es así.

En su anterior entrevista nos dijo que usted no se considera escritor, que le venía grande dicha etiqueta. ¿Se siente más cómodo con ella ahora?
¡Que memoria! Aún no, me siento como un periodista que intenta acercar una realidad que nos es lejana. Pero ya está, no tengo más importancia. Sólo soy un transportista de palabras.

Los escritores a los que entrevistamos nos cuentan lo difícil que resulta, para quienes no viven de sus libros, compaginar su trabajo, vida familiar y el tiempo necesario para sacar adelante una obra. En su caso debemos añadir los viajes constantes. En su caso, ¿cómo logra tener tiempo para todo?
La verdad es que escribir es renunciar a muchas cosas. Hay gente muy rápida haciendo libros pero yo he pasado tres años de mi vida pensando cada día en esto. Por suerte, hay gente a mi alrededor que me ayudan mucho.

Para acabar, ¿puede adelantarnos algo de sus próximos proyectos, literarios o periodísticos?
Me gustaría poder convertir alguna de las historias del libro en documental, como lo hace mi admirado Jordi Esteva con sus libros. Lo estoy trabajando con un director de cine excelente, Pablo García Pérez de Lara . ¡A ver si lo conseguimos!


 


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