Reconozco mi inocencia. O mi estupidez, ya no sé.
Yo tenía esperanzas, de verdad, en una demostración de fuerza del espíritu democrático. Pero me equivocaba. Ya no se puede tener esperanza en eso. Y es que la crisis económica, como ya se venía anunciando hace tiempo, al final resultará ser lo de menos. La autentica crisis es la de la democracia.
A todo esto, en la portada de La Razón de hoy, el titular robado a Rajoy la clava:
¡Exacto! Cuando el Gobierno deje de estar en manos de “Los Mercados”, confiaremos un poco más en los políticos. Mientras tanto, sólo nos queda soñar en una auténtica revolución (si puede ser sin sangre mejor, que no sabéis lo que cuesta sacar esas manchas de la ropa).