El jueves pasado estaba tan tranquilo en casa trabajando cuando sonó el móvil:
- ¿papacangrejo?
- Sí, soy yo.
- Le llamo de la agencia "Te lo llevo", tengo un paquete para usted, era por si podía llevárselo ahora.
- Sí claro, estoy en casa.
Después pensé que debería haber preguntado de donde venía el paquete, pero me quedé en blanco y no estuve ágil de reflejos. A los quince minutos, más o menos, llamaron al timbre, el repartidor me dejo un paquete rectangular de lo más curioso.
Al ver el remitente, supe quien lo enviaba, pero ¿que contenía? lo cierto es que no las opciones eran pocas, pero nunca se sabe. Al abrirlo me encontré con esto.
Dos cajitas de cartón rellenas de virutas de madera, simulando un nido con dos huevos Kinder en cada una, diciéndome cosas bonitas, y claro, me alegraron el día. Aunque en realidad a quien más se lo alegraron es a cangrejito que se puso más contento que unas castañuelas.
Como supondréis ya no queda ninguno, el único rastro que queda son los regalos que iban dentro de los huevos y los nidos, porque o ha habido manera de convencer a cangrejito para que se deshaga de las cajas, así que las usa para guardar los juguetitos que le salieron.
Quiero dar las gracias a quienes hayan decidido darnos esta sorpresa, porque tengo que reconocerlo, ha sido una sorpresa, claro, es Kinder.