Si es un día frío y no sabéis como calentar vuestro cuerpo, os aconsejo que preparéis este estofado de ternera ya que desde que te metes en la cocina y entras en faena, va entrando uno en calor. Los guisos y estofados tienen ese algo casero que nos reconforta y anima no solo el cuerpo sino el espíritu; nos llena de agradables sensaciones y puede que de recuerdos entrañables como, cuando de pequeño, nos ponían un plato de guiso al llegar a casa después de estar una mañana entera bregando en el cole y dando bocaos a las esquinas.Es un plato muy sabroso y bastante sencillo de cocinar, la carne quede melosa y gracias a los condimentos, la salsa presenta un sabor intenso y el golpe final de romero y piel de naranja, es definitivo para convertirla en irresistible y peligrosa teniendo una hogaza de buen pan al mano.
En lugar de un recipiente cerrado, he cocinado este estofado en lo que aquí en Andalucía solemos llamar perol, recurriendo a una tapa para hacer el "efecto olla" que todo buen estofado debe tener para aprovechar los jugos y aromas de la cocción a fuego lento, ya que se me apetecía estrenarlo precisamente por los recuerdos que este artilugio me trae de la niñez.
Trocear la carne en dados grandes y espolvorear con pimienta molida.
Calentar el aceite en una cazuela de 28 cm de diámetro. Sofreír la carne por todos los lados durante unos 10 minutos y, a continuación, dejar cocer a fuego lento unos 5 minutos más.
Añadir un buen chorro de vino tinto (no todo) y dejar cocer a fuego lento 7-8 minutos. Pelar y trocear muy fino el tomate y verter en la cazuela. Añadir el resto del vino y dejar que reduzca durante 10 minutos.
Una opción más rápida, es la de pasar el conjunto a una olla rápida y dejar cocer 10-12 minutos desde que el silbato comience a pitar, de esta manera la carne se reblandece enseguida.
Sazonar la nata con la ralladura de limón, la sal y la pimienta.
Pasada la hora, quitar la tapa y
añadir un par de ramitas de romero fresco y la cáscara de naranja al estofado y cocer otros 10 minutos más.Fuente: Lidl