Hoy visitamos la ciudad de Tartu, la segunda ciudad en importancia después de Tallin. A pesar de no ser tan bella como la capital, si que es una ciudad muy viva con una importante universidad y numerosos museos interesantes.
Nos alojamos en un antiguo hotel de estilo inglés, el Barclays, junto a la ciudad antigua. En la época soviética, el hotel adaptó la decoración y el estilo de lo que era un hotel soviético. El edificio fue construido en el 1922, en plena época del modernismo y siendo ya país independiente fue reformado de nuevo pues aún guardaba el decadente estilo ruso.
Tartu posee personalidad, es un lugar auténtico en el sentido de que aquí se ve realmente cómo conviven los estonios y apenas hay turismo. Es esta una pequeña y agradable ciudad que no dejó influenciarse por la época soviética y su casco antiguo se encuentra a rebosar de edificios históricos pintados en color pastel con galerias, cafés, teatros, buenos restaurantes y sus calles peatonales.
Salimos hacia la colina donde se encuentra una antigua catedral de ladrillo en ruinas.Fue construída en el siglo XIII por los Caballeros de la Orden Teutónica. A pesar de su estado sólo conserva las dos fachadas laterales, el ala norte y sur pero aunque le falta el techo, se puede ver el cielo. Se encuentra enclavada en una pequeña colina y desde aquí apreciamos el edificio principal de la ciudad, el ayuntamiento.
Cruzamos el Puente del Ángel, construído entre 1836 y 1838 seguido de una superstición local que era mantener la respiración mientras se formulaba un deseo si se cruzaba por primera vez, así que mi deseo espero que se cumpla... más arriba se encuentra el Puente del Diablo.
Lo que llama la atención es el idioma que conservan en Vore y Setu, pequeñas poblaciones ubicadas mas al sur de Tartu. Antaño se consideraba inicialmente un dialecto pero se convirtió como idioma reconocido aparte del estonio, cuando se firmó la independencia. Sólo lo hablan unos 100.000 habitantes. En Tartu existe el Voro Institut para quien quiera estudiar esta lengua única:
http://www.wi.ee/index.php/welcome?lang=en-GB
Pero la principal atracción es la universidad donde existen varias facultades. Nos adentramos en ella y pedimos ver la habitación donde se encerraba a los estudiantes cuando se comportaban mal: por ejemplo el insulto a una mujer requeria encerrarse dos dias, por insultar a un hombre cinco días (vaya, parece ser que el machismo existia por estos lares también). Era una pequeña celda de castigo. En las paredes hay dibujos antiguos y más recientes. La habitación se encuentra en las golfas de la universidad y nos la enseña una señorita muy amable abriendo la puerta con una gran llave. En la actualidad ya no se utiliza. En la puerta consta apuntados los castigos con los dias de encierro que correspondían.
Hay una pequeña cama y un wc antiguo de madera. Los que permanecían en la habitación (incluso se quedaban durante semanas)debían pagar una sirvienta para traer la comida y limpiar la estancia. Los estudiantes eran señoritos de familias con poder adquisitivo.
Como hay tantos museos elegimos sólo uno, el Museo del Juguete ubicado en un bonito edificio de dos plantas con suelo de tarima. Hay un itinerario señalado y solos recorremos la infancia a través del tiempo, desde juguetes del siglo XIX hasta la actualidad.
Una gozada para niños y adultos, porque ¿a quien no le gusta de vez en cuando sentirse como un niño?