Aunque suelo comprar todo japonés que encuentro (en libro, aclaro), la primera vez que vi un libro de Yasutaka Tsutsui no lo compré. Se titulaba Hombres salmonela en el planeta porno. Demasiado título para mí.
Algunos meses más tarde. Misma ciudad: Madrid. Misma librería: La casa del libro. Se me vuelve a aparecer Yasutaka Tsutsui, pero esta vez con un título más fumable, Estoy desnudo. Está claro que era mi destino, a la butxaca.
No me arrepiento, conste. Aunque no estemos ante una obra cumbre de la literatura japonesa, en este repaso a los cuentos de Tsutsui (en una selección realizada por él mismo para Atalanta) podemos disfrutar de una ácida visión de la sociedad japonesa y por extensión de cualquier sociedad moderna : Cuentos poseídos casi todos por un humor extremadamente corrosivo, y algunos por la violencia como espectáculo. Incluso alguno francamente incomprensible estando sobrio. Oficinistas trepas y pirados, locos variopintos, extraterrestres y hasta un oni, demonio de la mitología japonesa, que entra en una oficina a cargarse a todo el personal con su mazo de hierro, lo que le sirve al autor para ilustrar diez maneras de morir.
Lo mejor, sin duda, la impagable descripción de la progresión de estupideces que pueden poblar la cabeza de un hombre moderno (lectura muy recomendable para las mujeres que quieran comprobar cuan gilipollas puede ser un tío) , en la que casi todos podremos recrear alguno de los diálogos mentales propios. Y también un par de cuentos, sobre todo Estoy desnudo, que da título al libro y con el que me he partido de risa como pocas veces.