Estrategia para conseguir que los niños coman de todo

Por Pequelia @pequelia

Según una investigación realizada por expertos del Centre des Sciences du Goût et de l’Alimentation (CSGA, Francia), es posible llevar a cabo una estrategia para conseguir que los niños coman de todo, los expertos explican que el secreto está en introducir nuevos sabores en la dieta tan pronto como sea posible.

Las preferencias gustativas empiezan en el útero materno y están en constante evolución, pero hay momentos determinados que son más importantes que otros y actuar en esos momentos puede contribuir a que sea más fácil que los niños acepten los alimentos que son considerados saludables, como por ejemplo las frutas y verduras. En esta investigación se ha realizado un seguimiento a un grupo de bebés nacidos entre el año 2005 y el año 2011, durante este tiempo los investigadores centraron su atención en las diferentes etapas del desarrollo y su relación con la aceptación de nuevos alimentos.
El seguimiento se realizó desde el último trimestre del embarazo, durante la lactancia materna, el destete y finalmente en la mesa familiar. Aunque se ha dicho que los bebés son más receptivos a los aromas y sabores del líquido amniótico, pudiendo llegar a memorizar algunos sabores, los expertos no encontraron relación entre una dieta de la madre a base de hortalizas durante el último trimestre del embarazo, y la mayor aceptación del bebé por este tipo de alimentos.

Para los expertos la etapa más crucial es la del destete, ya que el bebé tiene el primer contacto con alimentos que ofrecen una explosión de sabores, texturas y aromas nuevos. Entre algunas conclusiones que se han obtenido, se puede destacar que los bebés que han sido amamantados más de 6 meses pueden apreciar mejor sabores como el umami, la razón de ello es que la leche materna contiene glutamato, este hecho demuestra que cuanto más tiempo se está expuesto a un sabor, más fácil resultará aprender a apreciarlo.

Para constatar hasta qué punto los bebés apreciaban los distintos sabores, en una parte del estudio se proporcionó a los pequeños diferentes tipos de agua, pura, salada, dulce, amarga y agria, posteriormente se midió la cantidad de agua que habían consumido. También se registraron las expresiones faciales que delatan como se reacciona ante determinados sabores, así los sabores amargos y ácidos eran menos apreciados, aunque no era algo que afectara a la cantidad de líquido consumido durante las primeras etapas, es decir, los pequeños hicieron una mueca de disgusto pero continuaron bebiendo.

Los investigadores explican que el desarrollo es muy rápido y que un solo mes puede marcar diferencias, en las pruebas se ha constatado que los bebés que tomaron verduras a los cinco meses de edad, aceptan con más facilidad estos sabores y en una gran variedad, que los bebés que empezaron a tomar verduras a los seis meses. Tras todas las pruebas realizadas, se determina que el periodo entre los 5 y los 7 meses es el más favorable para que los bebés descubran nuevos alimentos y sabores, incluso el amargo y el ácido.

Los expertos consideran que aunque la función más obvia de los alimentos es brindar sustento nutricional, según nos explican aquí, los alimentos también ofrecen placeres sensoriales que deben ser explotados. En definitiva, es importante que se disfrute de una gran variedad de alimentos que deben ser introducidos cuanto antes, pero siempre respetando las etapas del desarrollo, para que los bebés puedan crecer y aceptar todo tipo de alimentos.

Foto | nvainio

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