Agradezco a Carla su colaboración para este blog y su reflexión acerca del aprendizaje de las lenguas extranjeras
Carla Martínez es redactora web, ha trabajado como profesora de inglés, investigadora académica y actualmente se especializa en escribir artículos sobre decoración, energía y su experiencia personal como inmigrante latinoamericana en Europa.
Estrategias lúdicas en el aprendizaje de una lengua extranjera
¿Cómo aprendimos nuestra lengua?
¿Recuerdas cómo aprendiste tu lengua materna? ¿Recuerdas esas clases intensas de gramática que estudiabas con tu mamá antes de cumplir 2 años? No, claro que no. No había clases de vocabulario y conjugación, había palabras de cariño, mimos, canciones y juegos.Es increíble cómo pasamos esto de largo cuando queremos aprender o aún más, enseñar, un segundo idioma. Queremos hacer del aprendizaje algo meramente formal, estructurado y volcado a la asimilación de reglas y formas. Evidentemente, es imperativo comprender las reglas de la gramática y sintaxis de un nuevo idioma si queremos expresarnos en él de forma fluida, pero es más importante aún que nos sintamos cómodos y motivados para aprehenderlo y mejorar.
En ese sentido, las estrategias juegan un rol muy importante, tanto las de enseñanza como las de aprendizaje.
Los docentes de idiomas se ven confrontados a una realidad compleja en que sus alumnos no siempre están aprendiendo otro idioma porque lo deciden, sino porque así lo determina el sistema educativo, sus padres, sus empleadores, etcétera.
Precisamente integrando el juego, relajando el ambiente y permitiendo que el aprendizaje resulte precisamente divertido.
Las estrategias lúdicas tienen utilidad en cualquier entorno de aprendizaje lingüístico: desde la adquisición simultánea de dos o más idiomas en la primera infancia (bilingüismo precoz), hasta el aprendizaje formal de una segunda lengua durante la adolescencia o la edad adulta (por ejemplo en un campamento de inmersión lingüística o incluso en el entorno académico).
Entre estas estrategias podemos destacar:
- El uso de la música. Puede sonar cliché pero la música es un excelente aliado cuando se trata de diseñar secuencias pedagógicas para el aprendizaje de una segunda lengua. Escuchar una canción, retener ciertas palabras, oír con atención la pronunciación natural de alguien que canta en su lengua materna, bailar al ritmo de la música… todas estas son actividades divertidas y que permiten una incorporación natural del ritmo con el que se habla otro idioma, la pronunciación del vocabulario e inclusive ciertas normas gramaticales básicas.
- La incorporación de las artes visuales y gráficas. Sí, dibujar, ver videos, modelar…dependiendo la edad el soporte gráfico puede ser diferente. Hay quien encuentra muy divertido ver películas en idioma original con subtítulos en su propio idioma. Hay jóvenes cuyo excelente nivel de inglés viene de una intensa inmersión en un videojuego que jugaron en idioma original. La cuestión es retomar estos elementos divertidos y hacerlos parte de una estrategia estructurada.
- Juegos físicos. Cuando jugamos físicamente, ya sea corriendo, saltando, bailando, o incluso nadando, hay una activación entera de nuestro cuerpo y ello permite que adquiramos aprendizajes significativos (tal y como se entienden desde el constructivismo). Habrá recuerdos sensoriales y emocionales que vincularemos con nociones lingüísticas, haciendo el aprendizaje más duradero.
Estos tres ejemplos son sólo eso: muestras. Las estrategias lúdicas pueden ser tan variadas como diversas son las formas en que nos divertimos los seres humanos. La cuestión es leer nuestro grupo de aprendizaje y detectar cuáles son las mejores armas con que contamos para involucrarlo con este nuevo conocimiento. Es mostrarles que aprender otro idioma no es tedioso y tampoco es únicamente útil: es divertido y aporta algo adicional a la vida cotidiana, laboral y académica. ¿Tarea fácil? No. Pero seguramente las estrategias que involucran diversión y juego serán de gran ayuda.