Estrategias, planes y tácticas: II Nivel estrategico, leyes naturales, principios y valores.

Publicado el 01 octubre 2016 por David Lopez

Este es el segundo artículo de una serie de cuatro:

  1. Estrategias, planes y tácticas: I como encaja todo
  2. Estrategias, planes y tácticas: II Nivel estratégico, leyes naturales, principios y valores.
  3. Estrategias, planes y tácticas: III Nivel de plan de proyecto
  4. Estrategias, planes y tácticas: IV Nivel táctico, trucos y hábitos

Una de mis leyes naturales favoritas es la ley de la siembra y la cosecha, que se puede resumir en una frase como:

Cada uno cosecha aquello que sembró.

En sentido literal significa que para recoger algo en verano, primero hay que sembrar en otoño y cuidar el campo durante el invierno y la primavera.  Lo contrario, acercarnos a cosechar en un campo que no se sembró durante el otoño, es sencillamente ridículo. Y es que existen unas leyes naturales que rigen el comportamiento de todo lo que nos rodea. Podemos pretender ignorarlas pero sus consecuencias, buenas o malas, nos alcanzarán igualmente.

Si meditamos un poco veremos que estas leyes naturales se basan en unos principios y valores universales. Siguiendo con la ley de la siembra y la cosecha, si yo soy honesto y digo la verdad el resultado será que los demás acabarán confiando en mi. Simple y llanamente porque tengo un historial de honestidad. Lo contrario también es cierto, si miento a diestro y siniestro la gente terminará por desconfiar de mi. Mi historial de mentiras y engaños teminará siendo público y notorio y mi fama de mentiroso me precederá. Si siembro honestidad y veracidad cosecharé confianza y si siembro deshonestidad y mentiras cosecharé desconfianza. Por tanto, es evidente que uno de los principios que rigen la ley de la siembra y la cosecha es la honestidad.

Por supuesto, cada uno debe elegir los principios por lo que va a regir su vida, y debe tener claro que sean los que sean no va a poder escapar de las consecuencias. Es por esto que es tan importante meditar sobre que principios y valores van a regir nuestra vida. Nos proporcioanarán una brújula que facilitará todas nuestras decisiones. Veamos algunos ejemplos:

  • Vas por la calle y te encuentras una cartera. La abres y contiene, además de toda la documentación una persona, alrededor de 150 euros. ¿Qué haces? Si has decidido que la honradez es uno de tus principios entonces buscarás al dueño y devolverás la cartera. Si, por el contrario, has decidido que el egoismo es una de tus guias diarias entonces cogerás el dinero y tirarás la cartera.
  • Estas en un centro comercial y te encaprichas del último modelo de teléfono móvil. Si, de verdad has interiorizado la ley: “gasta menos de lo que ganas”, entonces seguirás con tu móvil actual durante algún tiempo más. Si no conoces o prefieres ignorar esa ley, pues comprarás el móvil sin pensarlo dos veces.

En cualquier caso, decidas lo que decidas, no podrás escapar a las consecuencias de tus actos. Si devuelves la cartera, los demás te verán como una persona honrada y digna de confianza. Si gastas menos de lo que ganas, no tendrás problemas para llegar a fin de mes. Si te quedas con el dinero, aunque obtengas un pequeño beneficio a corto plazo, los demás te verán como alguien egoista y desconfiarán de ti. Si gastas más de lo que ganas tendrás problemas para llegar a fin de mes y, a la larga, te faltará para pagar lo más básico.

Es, en definitiva, imprescindible meditar y decidir cuales van a ser los principios y valores que guien nuestra vida. Y lo es, primero porque nos facilitará la toma de decisiones y segundo, las consecuencias de nuestras decisiones y acciones nos alcanzarán tarde o temprano.