Escrito por Octavio Borges Pérez, AIN
Polisémica, provocadora y apta para todos los públicos resulta la obra Atari Nganga Five, estrenada por los grupos Tropatrapo y Teatro de Los Elementos, en la Sala Adolfo Llauradó de esta capital.
Polisémica, provocadora y apta para todos los públicos resulta la obra Atari Nganga Five, estrenada por los grupos Tropatrapo y Teatro de Los Elementos, en la Sala Adolfo Llauradó de esta capital.
Para los más pequeños funciona como una coreografía lúdica que mezcla juegos propios de esta era digital con algunos tradicionales y subraya mensajes humanistas, sin didactismo y estimulando a los espectadores a buscar y reflexionar acerca del tema que se les propone.
Los adultos, de acuerdo con su sensibilidad y cultura, pueden encontrar, además, referencias universales o a momentos claves de la historia cubana.
La música en vivo, especialmente compuesta para esta pieza, es hermosa y decisiva para el subrayado dramático de los textos.
El diseño de vestuario y muñecos funciona como elemento esencial porque chales, pañuelos y las coloridas togas empleadas por los actores, son detonantes de momentos climáticos de la obra, de gran belleza plástica y muy sugestivos.
Así ocurre con la especie de íconos de inspiración medieval, pintados en el reverso delantero del vestuario, que pueden remitir a Cristo, Martí, Che Guevara, Santa Teresa de Jesús, Juana de Arco o cualquier otro emblemático personaje de la larga historia humana.
También sobresale una especie de vuelo y caída de Ícaro, con implicaciones referenciales al mito heleno y a la corta vida de Alejandro, un inteligente y dinámico niño minusválido a quien se dedica la pieza y era asistente asiduo a las puestas en escena de Tropatrapo.
Con Atari Nganaga Five, Tropatrapo celebra sus 20 años de existencia y la coincidencia de ideales éticos y estéticos con Teatro de Los Elementos, como los de llevar su arte a las calles y lugares inaccesibles, con nítida vocación comunitaria.
En los próximos días ambos colectivos artísticos comienzan una gira que comprende actuaciones en el Centro Cultural El Mejunje, en la ciudad de Santa Clara, y en Santiago de Cuba.