El jueves (día 23) cumplí 30 años.
Una cifra un poco rara. No me importa cumplir años, pero reconozco que cambiar de década se me hace raro… ¡no me siento muy identificada de momento!. Pero es bonito cambiar de dígito, echar la vista atrás y ver todo lo que he hecho en estos últimos diez años. Probablemente haya sido la década de más cambio de mi vida, pasar de la Universidad y de la casa de los padres a la independencia, a tomar las riendas de mi vida y hacer lo que realmente quería y no lo que se esperaba de mi, tener dos hijos, hacerme empresaria… ¡Me ha cundido!.
Además, la fecha fue especial por muchos motivos:
- Por ser mi cuarto cumpleaños como madre. Estos últimos cuatro años mi cumpleaños ha estado claramente marcado por la maternidad. Cuando cumplí 27 estaba a puntito de tener a mi primer hijo, cuando cumplí 28 mi hijo mi pequeño estaba cerca de cumplir un año, cuando cumplí 29 estaba muy triste porque no sabía si podría tener otro hijo y cuando he cumplido 30 he podido hacerlo abrazando a mis dos niños.
- Hace un año, la noche de mi cumpleaños la pasé muy triste hablando con mi marido acerca de qué íbamos a hacer si los análisis médicos tenían razón y nuestras posibilidades de tener otro hijo eran más que remotas. Decidimos dejarlo fluir y no someternos a ningún tratamiento porque no estábamos preparados ni teníamos ánimo. Un día más tarde supe que estaba embarazada. ¡Aquella noche ya lo estaba!.
- Cumplo 30 años y mi hijo pronto cumplirá 3. El cambio que ha dado durante este verano ha sido enorme. Mi 30 cumpleaños siempre quedará asociado en mi mente al verano en que dejó el pañal, empezó a hablar muchísimo más, comenzó el colegio, dejamos de colechar… Un momento muy importante en su vida y también en la mía.
- Hace apenas unos días que he pasado a engrosar la lista de mamás emprendedoras. Entro en la nueva década como empresaria y autónoma y, sobre todo, cumpliendo el sueño de dedicarme a una tarea relacionada con la maternidad y que me permite seguir siendo cuidando de mis hijos en primera persona.
Aunque ha sido un año duro en lo ecónomico y no he tenido regalo material por ser simplemente imposible, mi familia me ha regalado su apoyo y su cariño, que es lo más hermoso que tengo. Mi pequeño, además, me regaló dormir del tirón 5 horas 40 minutos, batiendo su propio récord.
Entro en la década con ilusión y mucho optimismo. Como dije hace tiempo, todos tenemos problemas pero yo me siento cada día más afortunada y agradecida por lo que tengo.