Estreno de VIOLA (2012) de Matías Piñeiro en Isat

Publicado el 04 mayo 2014 por Proyectorf @Proyectorfant

Este 04 de mayo en el marco del ya célebre ciclo Primer Plano Isat tendrá lugar el estreno televisivo de Viola, película del año 2012 dirigida por Matías Piñeiro (El hombre Robado, Todos Mienten, Rosalinda), que en Proyector Fantasma amamos, y por ello, aprovechamos la ocasión de estreno para comentarla.

FICHA TECNICA DE LA PELÍCULA

Viola (Argentina/2012) 

Dirección y guion: Matías Piñeiro

Fotografía: Fernando Lockett

Edición: Alejo Moguillansky

Música: John Aylward y Julián Tello

Elenco: María Villar, Agustina Muñoz, Elisa Carricajo, Romina Paula, Gabriela Saidón, Laura Paredes, Esteban Bigliardi, Julián Tello y Julia Martínez Rubio

Duración: 61 minutos. 

Sueño de una noche de reinas

Viola es en y a través de dos personas, de dos cuerpos, dos esencias: por un lado Viola es Agustina Muñóz, una actriz que interpreta a Viola en la puesta teatral de Noche de Reyes; y por otro; Viola es María Villar, una joven que comercializa CDs y DVDs pirateados que su novio (Esteban Bigliardi) baja de Internet y ella reparte a domicilio en bicicleta mediante la “empresa” que denominaron Metrópolis. Completan el elenco, varias actrices que ensayan a toda hora los parlamentos shakespeareanos mientras reflexionan sobre el pensamiento masculino, y sus problemas al relacionarse con tal género.

Hasta aquí, la historia no dice ni se diferencia demasiado de otras; sin embargo, Piñeiro logra a la perfección sumergirse y sumergir a los espectadores en las más enigmáticas cuestiones que hacen a la intimidad del universo femenino.

El primer segmento de Viola se basa en un fragmento de representación teatral al que se suma una conversación en los camarines. Parlamentos femeninos, trama femenina, quejas femeninas, y sobre todo: estrategia femenina a la hora de analizar la mirada masculina a partir de un extraño espectador teatral. En oposición, la Viola que compone Villar, es (al menos en apariencia) más tibia y menos pasional que la de Muñóz, e incluso se la acusa de ser la chica que vive en un estado de pasividad, “dejando que las cosas le sucedan”; sin embargo, la Viola repartidora es alegría, sutileza y a la vez, fragilidad. 

Con recursos que nos remiten al cine de Rohmer, o incluso Hong Sang-soo, este director construye (tal como hizo con Rosalinda, su primera shakespeareada) un relato que a través del fuera de campo, la repetición de los parlamentos, el cambio de ritmo y los cambios en el punto de vista, logra embriagarnos y generar no sólo empatía, sino disfrute para con los divagues de estas muchachas. Esas reiteraciones de parlamento serán lo que en algún punto funcionarán como mantra revertidor de situaciones, y destinos. Mención aparte para Fernando Lockett, el DF que contruye bellos y excelentísimos planos-secuencia que permiten no sólo el despliegue verbal y coral, sino físico y liberal de las actrices piñeiristas, y para el virtuoso Alejo Moguillansky, encargado de la edición. 

Podemos sintetizar a Viola (la película) como circulación del deseo (con los rodeos y vueltas que éste trae aparejado) y curiosidad romántica. Estas bases serán las que “encadenen” y enlacen los versos shakespereanos con la cotidianidad de los personajes que se mueven de forma lúdica dentro de este universo femenino cargado de gracia, divague y sutileza, que si bien parece converger hacia la deriva y estar cargado de inacción, concluye exactamente en un plano opuesto pasional, alegre y musical.

Matías Piñeiro tiene, a esta altura de su trayectoria, una claridad admirable y única para componer personajes, personalidades e inestabilidad; y esto lo podremos seguir viendo en La Princesa de Francia, su tercera y próxima shakespeareada que verá la luz en algunos meses, y para la cual Isat ya ha adquirido los derechos de televisación. Alegría sin fín!

Por Marianela Santillán