El mundo de la televisión continúa encontrando en los grandes títulos épicos de la historia del cine una recurrida fuente de inspiración en nuestros días. Si recientemente hacíamos referencia a la nueva adaptación en forma de serie (13 capítulos) de la gesta de Espartaco(Spartacus:Blood and Sand, emitida en USA entre enero y abril de 2010), y en 2006 una miniserie revivió Los Diez Mandamientos, ahora es la conocida novela de Lee Wallace también protagonizada por Charlton Heston en 1959, la que medio siglo después va a estrenarse en forma de miniserie de dos episodios de 90 minutos de duración.
De entrada y con las limitaciones que impone el medio televisivo, aunque dispone de más de 22 millones de dólares de presupuesto, esta nueva versión, poco puede hacer para competir con el film dirigido por William Wyler hace ahora 50 años. De ahí que sus creadores lo que pretendan, sin renunciar a la espectacularidad de la historia, sea, como explica el hijo del director de Horizontes de grandeza, David Wyler, reinventar el material “para una nueva generación”.
Esta coproducción internacional aúna a la británica Alchemy Televisión, las españolas Drimtin Entertainment y Antena 3 Films, la canadiense Muse Entertainment y la marroquí ZaK Productions.
Actúan como productores Simon Vaughan (Coco Channel, Diamonds) y Roger Corbi (The Lost, Reflections). Mientras que sus productores ejecutivos son Manuel Corbi, Michael Prupas (The Last templar), Frank Konigsberg (Ellis island), Dirk Beinhold (Afterwards) y David Wyler, hijo del director William Wyler. Será emitida el próximo año 2010 en Antena 3 (España), Prosieben (Alemania),ABC Network (USA) y CBC (Canadá).
La unión a escala internacional de todas estas compañías y productores ha permitido contar con algunos de los mejores especialistas del mundo del cine y la televisión.
Así en la dirección, proveniente del mundo
Un argumento centrado en la venganza y el perdón
Los tiempos han cambiado, el manifiesto mensaje cristiano que poblaba muchas de las grandes producciones cinematográficas de los dos primeros tercios del Siglo XX ha ido desapareciendo de la pantalla de acuerdo al cambio en la manera de vivirse la religión en la sociedad. Por ello, y dirigiéndose al público del Siglo XXI, el elemento cristiano se ve sumamente rebajado, aunque se mantiene, en palabras de sus propios creadores, la espiritualidad dentro del argumento, pero al parecer sin centrarse en una religión concreta. Algo difícil de obrar, pues el autor de la novela, si bien empleó una gran dosis de espiritualidad, no lo hizo al margen de Jesucristo y de Dios. El productor ejecutivo español Manuel Corbi explica que cada siglo necesita su Ben Hur y que “queremos darle una dimensión contemporánea a la historia". Eso sí, los responsables de la cinta explican que serán más fieles a la novela original que sus predecesoras, ya que además hoy se conoce mucho más del mundo de la Antigüedad que hace medio siglo.
Los posters y el material publicitario aparecido hasta la fecha destierran el subtítulo “Una historia de Cristo” que aparece en la novela de 1880 y en las versiones cinematográficas de 1925 y 1959. En su lugar se acentúa sobretodo la enemistad que surge entre dos amigos como Judá Ben Hur y Mesala con lemas como “Nacieron como hermanos. Ahora compiten como enemigos”. Tras la traición sufrida a manos de Mesala, a Ben Hur le moverá un deseo de venganza que lo domina mucho más que las cadenas de la esclavitud a las que le ata Roma.