En primer lugar vi Malditos Vecinos (Nicholas Stoller, 2014). Tenía claro que no iba a ver ninguna obra maestra pero al menos albergaba la esperanza de pasar un rato divertido. Qué equivocada estaba.
La película os la puedo resumir en cuatro palabras: un par de chistes graciosos y los músculos de Zac Efron. Y poco más. Y es una pena porque la idea podría haber deparado algo gracioso si hubieran tirado por el lado más gamberro y alocado pero tarda tanto en arrancar (y en hacer algo de gracia) que el resultado final acaba siendo de lo más pobre.
Siguiente de la tarde: 3 Días para Matar (McG, 2014), la nueva película de Kevin Costner.
Ethan, un veterano agente del servicio secreto, que tras retirarse al descubrir que tiene una fatal enfermedad, intentará aprovechar el tiempo que le queda para recuperar el tiempo perdido con su mujer y, sobre todo, con su hija adolescente.
Dirige McG, empezamos mal, porque su filmografía es cualquier cosa menos interesante. Escribe el guión Luc Besson y, aunque eso podría ser un punto a su favor, no hay nada que hacer porque no hay por donde cogerlo. Finalmente, protagoniza Kevin Costner, que se está hinchando a trabajar desde que es el padre (adoptivo) de Superman.
Lo que hace que está película sea totalmente prescindible es que toca muchos palos pero sin acertar en ninguno. Pretende ser un thriller pero también una comedia negra o incluso una película familiar y lo malo es que las ideas se entrecruzan entre si dando como resultado un pastiche que no aporta nada a ningún nivel. Punto y aparte es el papel de Amber Heard, si alguien ve esta película y entiende que es lo que aporta a la trama, que me lo explique por favor.
La buena noticia de que esta semana haya sido tan discreta a nivel cinematográfico es que la semana que viene veré Godzilla y se me quitarán todas las penas. Menos mal.