La patrulla diaria de control que inspecciona el término municipal de Daimiel para comprobar la evolución del cauce del río Azuer se encontró este miércoles a primera hora un rebosadero de agua.
El ‘ojo’ se sitúa en la parte derecha, a pocos metros del Molino. Una vez allí, Díaz del Campo y Ruiz de la Hermosa comprobaron que en los alrededores no había indicios de ningún tipo de encharcamiento provocado por lluvias. Además, se sitúa en una zona de turbas, cuya característica fundamental es la capacidad de esponjar el agua. Estas circunstancias hacen pensar desde el Ayuntamiento que el afloramiento de esta agua se deba a algún “venero” del río. Una particularidad que, apunta el alcalde daimieleño, podría repetirse de esta parte hasta el Parque Nacional de Las Tablas.
El primer edil explicó que “algo así era impensable no hace mucho”. Aún así, aseveró, “habrá que observar y analizar esta situación junto a Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) ya que sí se conocía el ascenso del nivel freático en el punto de captación ubicado en ‘Escoplillo’ hasta colocarse a ocho metros”. Un dato muy lejos de los 21 consignados en el Pozo de Captación de los Ojos del Guadiana (a 10 kilómetros de distancia) hace diez días. Esta variación se denota en función de cada área y su elevación geológica. Hacía más de 30 años que no se daba una situación similar, “desde que se secó el río Guadiana”, como certificó el concejal de Agricultura.
Azuer
El descubrimiento ocurrió mientras se supervisaba el Molino del Nuevo y la Laguna de Navaseca, zona en la que asimismo se comprobó como el río Azuer está vertiendo ya al Guadiana sobrepasando este límite e intentando alcanzar el Molino de Griñón, informó el alcalde. Según las estimaciones del primer edil “en muy pocos días atravesará ese tramo, alcanzando una velocidad mayor a 2009 cuando tardó semanas”.
Acuífero
Para el alcalde de Daimiel, de seguir la situación de lluvias hasta primavera, “notaríamos considerablemente un mayor nivel de infiltraciones, favorecidas a su vez por los desagües de Puerto de Vallehermoso, aunque el margen para comprobar su repercusión en el Acuífero 23 se extiende hasta dos años”.
Fuente: lanzadigital
El alcalde de Daimiel, José Díaz del Campo, que viajaba con el concejal de Agricultura, Ramón Ruiz de la Hermosa, comprobó “in situ” como a la altura del Molino de Griñón rezumaba un ‘ojo’ repleto de agua. Una noticia que el propio alcalde catalogó de “importante e interesante” por su “magnitud”, ya que, a su juicio, indica el surgimiento de agua a nivel del terreno, y, por tanto, el ascenso del nivel freático en esta parte del término municipal.