Estudiantes: ¡A las barricadas!

Por Santi

Os traigo un documento para reflexionar, especialmente dirigido a los estudiantes. Data de décadas atrás, pero es en muchos aspectos aplicable a la actualidad. Veamos:
El movimiento estudiantil muestra claramente que estamos más allá de una simple crisis de la Universidad: pone en cuestión los fundamentos mismos de nuestra sociedad.
No es suficiente explicar el movimiento actual por la voluntad de abolir un régimen o por las contradicciones internas del capitalismo. Nuestra contestación pone en cuestión:
- Una cultura concebida como patrimonio de los privilegiados, como una garantía de promoción social reservada a unos pocos, y no como un medio de producción humana accesible a todos.
- Pero también el conjunto de las relaciones humanas -políticas, económicas y sociales- que sirven de fundamento a la sociedad actual.
- Un mundo dedicado exclusivamente al consumo, beneficioso para una minoría, que se esfuerza en arrastrar a la masa hacia él, haciéndole creer que el problema del hombre depende únicamente del aumento de su bienestar.
Sin embargo, no se trata de rechazar el progreso de las técnicas, ni la socialización creciente de la sociedad. ¡Estos fenómenos son irreversibles!
Es preciso encontrar:
- Las actitudes y los medios que permitan a cada uno no dejarse mutilar por los condicionamientos actuales.
- Nuevas formas de expresión de la libertad y de la creatividad de cada uno.


Manifiesto de la Facultad de Letras.
Universidad de Nanterre, Francia, mayo de 1968
El subrayado es mío
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Eran otros tiempos, ¿verdad? Los sesenta.... Entonces los estudiantes tenían fuerza y lo sabían, tenían cerebro y lo empleaban de manera autónoma, y no sólo dentro de las directrices que se le daban desde fuera.
¿Qué nos pasa, estudiantes? ¿A qué se debe nuestra apatía?
Reconozco que lo que a continuación expongo no es aplicable a la totalidad del mundo estudiantil, pero por desgracia sí lo es a una sensible mayoría, a mi parecer. ¿Nos hemos dejado mutilar, como trataban de evitar aquellos estudiantes que escribieron el documento, por los condicionamientos actuales? ¿Enfocamos nuestros problemas en aras unicamente del aumento de nuestro bienestar? Y si es así, ¿a qué se debe?
En cuántas conversaciones habré asistido a la cantinela de aquel que estudia para "ganar un pastón", para "vivir como un rey", etc. No todos - por "increíble" que parezca- pensamos ya en "cambiar el mundo", en mejorar el funcionamiento de la sociedad y sus relaciones humanas. Somos puro vegetal, autómatas destinados a pasar por esta vida haciendo aquello para lo que desde pequeños nos han programado, ganar dinero y vivir lo mejor posible, como individuos. Nuestros semejantes, nuestra sociedad, nuestros sucesores, ya se apañarán. Esto es puro egoismo, y somos una clase acomodaticia.
¡Los estudiantes! ¡Un poder desde siempre temido por la clase dirigente! Antes saltábamos si las cosas iban mal, o si se hacían mal....ahora apenas alzamos la voz, unos pocos entre la muchedumbre estupidizada. ¿Cómo lo han logrado? ¿Cómo consiguieron postrarnos de esa manera, configurar nuestras mentes hasta conseguir esta nueva clase de estudiante-verdura, que ante nada reacciona y por nada se preocupa? ¿Ha sido esa televisión de tanto éxito entre la juventud en la que son los aspectos sociales (de popularidad) y sexuales los que importan e imperan, relegando al exilio a aquellos idealistas proyectos de futuro? ¿O ha sido nuestra comodidad, nuestra "vida solucionada", que nos ha llevado, como a la Antigua Roma, a la decandencia?
Es la juventud la época del idealismo, de la energía contenida que busca una causa para ser liberada. Pronto  -más de lo que muchos creen- alcanzaremos esa madurez que al ver sus sueños derrotados se convierte en escéptica. Si los estudiantes, la juventud, seguimos hipnotizados se nos escapará el tren, ya no podremos hacer nada y deberemos confiar en que las próximas generaciones puedan y quieran poner solución a los problemas que nosotros contemplamos embobados.
¿Nos moveremos ante algo? ¿Podrá alguna chispa encendernos, o el agua durante décadas tan bien dirigida sobre nuestras cabezas nos mantendrá indefinidamente bien calados?
Por suerte esta descripción no es aplicable a todos, por suerte la situación no es todavía insalvable, puede que "la clase estudiantil" no se halle extinta aún, que incluso ahora sus mentes puedan electrificarse ante algún estímulo. ¿Habremos de verlo en estos tiempos? Creo que toda generación estudiantil tiene la responsabilidad ante la Historia de merecer ese título, ese nombre, que no sólo implica aprobar, salir de fiesta y buscar trabajo con mayor o menor éxito ¿En qué nos diferenciariamos con ésto de las hormigas?
Un tal Albert Einstein dijo que "en los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento".
Alguien a quien llamaban Marthin Luther King añadió: "Tendremos que arrepentirnos en ésta generación, no tanto de las malas acciones de la gente perversa, sino del pasmoso silencio de la gente buena..."

Y uno de aquellos estudiantes, llamado Daniel Cohn-Bendit (Dany le Rouge), actual eurodiputado, dejó esta joya, un 4 de mayo de 1968: "Si nos prometen el paraíso, lo rechazaremos; porque nosotros lo tomaremos"
En fin, denle vueltas. Mañana será otro día...
El documento está incluído en el Manual de Historia Contemporánea de Miguel Artola y Manuel Pérez Ledesma, página 501, con ISBN 84-206-4765-9, Alianza Editorial
Saludos

pd: otro buen ejemplo histórico en http://video.google.com/videoplay?docid=-2007206186362541122&ei=vAeWS9P-AdrS-AaL_4XaAg&q=what+is+democracy+looks+like&client=firefox-a#
(Gracias Paloma)