Habrá que seguir esperando. Con más facilidad de la que se presumía en la previa, Estudiantes goleó a River (0-4) y si bien no pudo festejar –dada la victoria de Vélez frente a Huracán- dio potro paso trascendental en busca de un titulo que conseguirá si es que el próximo domingo derrota en su estadio a Arsenal.
Disputar el encuentro sin Juan Sebastián Verón ni Enzo Pérez -suspendidos ambos- no fue un problema para Estudiantes. Escondió sus defectos el cuadro de Alejandro Sabella y, práctico como es, saco máximo provecho de sus incursiones ofensivas para terminar humillando a un River desahuciado y que poco tuvo que ver con el que había esbozado una levantada en estas ultimas jornadas.
Avisó Gastón Fernández poco antes del minuto -reventó el poste con un derechazo fantástico- e inmediatamente después, marcó Leandro Desábato, quien sacó máximo provecho de la endebles defensiva de River para tomar posición en el área chica y conectar con la cabeza el preciso centro desde la izquierda de Leandro Benítez.
El gol tempranero fue de mucha ayuda para un Estudiantes que, en ventaja, exhibió la que seguramente sea su mayor virtud: la solidez. Mantuvo el orden el “Pincha”. Presionó, ahogó y hasta osó de guapo para no dejar jugar a un River ansioso, impreciso y dependiente casi en exclusividad de Erik Lamela.
Foco de atención rival, el juvenil enlace de River –movedizo y atrevido en un comienzo (estrelló un tiro libre en el poste a los 9 minutos)- acusó la falta de socios y fue incapaz de hacerle llegar balones limpios a Funes Mori y Pavone, islas de una ofensiva completamente inexistente.
Preso de sus propias limitaciones, con y sin el balón, River también perdió el duelo en la mitad de la cancha, en la que la superioridad impuesta por los futbolistas de Estudiantes –imperiales Rodrigo Braña y Matías Sánchez- fue marcadísima.
El propio Sánchez, ya en tiempo adicional, anotó el segundo –recibió la asistencia de Núñez, al que la pelota le llegó tras un envío largísimo de Braña, y solo tuvo que empujar el balón a la red- y para River, el encuentro ya no tuvo vuelta atrás.
La expulsión de Maidana, ni bien comenzada la segunda mitad, fue un revés más y Estudiantes lo aprovechó. Carrizo despejó fallidamente un centro, los defensores no reaccionaron y Marcos Rojo, a los 2 minutos y en fuera de juego, marcó el tercero.
Gabriel Mercado anotó el cuarto antes de los quince y la goleada acabó por materializarse. No hizo falta más. Manejó la pelota el “Pincha” y lo hizo desde la inteligencia de sus futbolistas mas experimentados –correctisimo Benítez- y de un Gastón Fernández que hasta su salida fue el mejor de la cancha.
Con sus hinchas acompañando con fervor y entusiasmo desde la tribuna Centenario, Estudiantes disfrutó de la goleada y paseó su imagen de equipo poco brillante, pero absolutamente asentado. Fielmente contrarestada con la de un River bipolar y poco convincente. La vuelta esta más cerca.
El suspenso sigue ocupando la escena porque Vélez –segundo, a dos unidades de Estudiantes- venció a Huracán (2-0) con dos tantos de Jonathan Cristaldo, por el que Ricardo Gareca apostó para resquebrajar el dispositivo defensivo parado por Miguel Angel Brindisi.
El “Churri” marcó al comienzo y al final de la segunda etapa (6 y 39 minutos respectivamente) y llevó tranquilidad a una parcialidad fortinera que lamentó cada gol “Pincha” y hasta vio cerca la posibilidad de no seguir batallando hasta el final por un titulo que merece tanto como Estudiantes. Por suerte, la contienda nos tiene reservado un último episodio.