Los investigadores han seguido esta línea de investigación desde hace más de una década.
En 2008 publicaron algunos resultados en el estudio del empleo de aceite de orégano (Lippia graveolens) para el control de varroa, parásito de las abejas.
En esa investigación comenzaron a realizar estudios en laboratorio sobre el uso de algunas sustancias vegetales que pudieran generar repelencia del ácaro varroa, principalmente para que no se adhiera a las crías de las abejas. En su etapa más reciente de estudio, los investigadores del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR), del IPN, hicieron experimentos en 28 colmenas en las que usaron el humo del orégano y midieron una reducción en los ácaros que matan a las abejas, identificando la reducción de los parásitos invasores de abejas.Los resultados se publicaron en el estudio “Evaluación del humo de orégano (Lippia graveolens HBK) como alternativa para el control de varroa destructor”, cuyos autores Martha Celina González Güereca, Isaías Chaírez Hernández y Gerardo Pérez Santiago, quienes explicaron que el parásito que se logró controlar fue identificado desde el año 2000 como una de las principales amenazas para la superviviencia de las colonias de abejas porque ataca a las crías. Ese ácaro no sólo daña por sí mismo sino por ser portador de virus, hongos y bacterias que debilitan y acaban las colmenas.
Los científicos indicaron que el orégano mexicano es una planta que tiene diversas propiedades ya que contiene aceites esenciales ricos en timol y carvacol.
Se utiliza en el sector industrial en las áreas de alimentos, cosméticos y fármacos.
En la medicina naturista y tradicional se emplea principalmente para problemas de las vías respiratorias y de la menstruación; posee propiedades antibacterianas y fungicidas, además de que se le considera como un potente insecticida y acaricida.
En Durango, la planta se colecta en época de lluvia, cuando está en plena floración, porque sus aceites esenciales están más concentrados.
Las plantas se secan extendidas en zonas abiertas, posteriormente separan la hoja del tallo, mediante paleado, y posteriormente la encostalan.Se estima que entre 50 y 70 por ciento del peso total de la mata corresponde al tallo, que se desecha en el campo o se incinera y arde fácilmente debido a la concentración de aceites que contiene.Los especialistas llevaron a cabo sus estudios dos temporadas estacionales previas a las cosechas de primavera y otoño de 2015. Seleccionaron 28 colmenas en tres apiarios de la entidad con base en la accesibilidad a los caminos, la disponibilidad de los apicultores y los controles del ácaro que ellos emplean.Ahí, determinaron que los desechos de los tallos de orégano se utilizan como combustible en los ahumadores, como fumigante natural, y son una alternativa complementaria para mantener las poblaciones del ácaro en bajos niveles, antes y después de la cosecha de miel, lo cual se refleja en un incremento en la elaboración de los distintos productos de la abeja.En el año 2006, antes de estas investigaciones con humo de orégano en Durango, la investigadora Rebeca González Gómez, de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur-Conacyt), había reportado estudios para controlar la varroa que afecta a las abejas, pero usando una planta conocida popularmente como Nim (Azadirachta indica), que también daba buenos resultados en el control de la varroa.En estos antecedentes se apoyaron los estudios politécnicos para uso de sustancias vegetales para protección de las abejas.FUENTE: http://www.cronica.com.mx/notas/2017/1040650.html
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